Recientes estudios de investigación afirman que los beneficios de la aplicación de Toxina Botulínica se extienden más allá del tratamiento de condiciones médicas o estéticas.
Recientes estudios de investigación afirman que los beneficios de la aplicación de Toxina Botulínica se extienden más allá del tratamiento de condiciones médicas o estéticas. También impactan positivamente los aspectos sicológicos, a través de la generación de un efecto antidepresivo.
La aplicación de Toxina Botulínica, tradicionalemente, es usada no sólo para atender temas estéticos; sino, para condiciones médicas también; como por ejemplo, migrañas, tensión muscular crónica, sudoración excesiva o hiperdrosis, entre otros. En el campo estético, en los consultorios, los cirujanos plásticos somos testigos del impacto emocional que un cambio en la expresión del rostro a través de la inyección de Toxina Botulínica causa en las personas, pero hasta ahora, no existía un estudio que respaldara esta mera observación, y menos aún, que llegara a pensarse que este acto médico pudiera ser considerado como un legítimo antidepresivo.
El estudio, “Postmarketing safety surveillance data", revela el surgimiento de efectos antidepresivos tras la aplicación de Toxina Botulínica a través de diferentes indicadores. Así lo publicó en Julio del 2020 la revista Scientific Reports, y sugiere que las neurotoxinas botulínicas no sólo ofrecen un efecto antidepresivo significativo, sino que no generan dependencia en su aplicación.
¿Por qué sería un antidepresivo?
Psicológicamente, cada vez que nos vemos al espejo, nuestra mente recibe información de nuestro cuerpo y nuestro rostro. Se teoriza, que nuestras expresiones corporales y faciales afectan nuestras emociones de forma importante. Aplicado esto a la medicina estética, la teoría es que al usar Toxina Botulínica para manipular los músculos faciales con el fin de lograr una expresión más feliz, logrará que la información “del espejo” sea contante y positiva, de manera que la persona se sentirá mejor consigo misma de forma progresiva.
Los resultados de la investigación:
Los investigadores encontraron que, en comparación con el grupo de control que todo proceso de investigación tiene, los pacientes que recibieron Toxina Botulínica, mostraron un nivel de incidencia de depresión considerablemente más bajo; así como, menor frecuencia de males relacionados con la depresión (migraña, dolor de cuello, etc.).
Aún con estos hallazgos positivos, el proceso de investigación aún está en una etapa temprana, y pasará algún tiempo antes de que se consideren las inyecciones de Toxina Botulínica (Botox) como un tratamiento antidepresivo.
Referencia:
Makunts T, Wollmer MA, Abagyan R. Postmarketing safety surveillance data reveals antidepressant effects of botulinum toxin across various indications and injection sites. Sci Rep. 2020;10(1):12851.
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