No podemos dar la espalda al problema y decir que no nos compete, porque esta impacta en toda la dinámica social.
Según los reportes policiales, la delincuencia es un problema social que va en aumento. Una situación que muchos piensan debe ser atendida sólo por la policía u otros agentes del orden. Sin embargo, es más compleja que cualquier otro problema social, es causa y consecuencia a la vez, por lo tanto requiere acciones contundentes en sus distintos niveles.
La delincuencia es un problema de salud pública que atenta no sólo a la salud física sino también a la mental, ya que afecta el bienestar y calidad de vida de las personas. Los actos no atentan sólo a las víctimas, sino también a aquellos que llamamos delincuentes.
Este es un problema multidimensional, por lo que requiere acciones conjuntas entre diversas instituciones (municipalidades, escuelas, universidades, policía, juzgados, empresas y demás instituciones gubernamentales y no gubernamentales). Por ejemplo, tener colaboradores trabajando más de 12 horas al día provoca la ausencia de los padres en la familia, dejando en abandono a nuestros niños, niñas y adolescentes, exponiéndolos a un mayor riesgo de participar en actos delincuenciales u otros problemas sociales.
Por lo tanto, todos y todas podemos combatir la delincuencia desde la profesión o cargo que desarrollemos. No podemos dar la espalda al problema y decir que no nos compete porque la delincuencia afecta a todas las personas, a algunas de manera más directa que a otras, pero al fin y al cabo impacta en toda la dinámica social.
Es la evidencia de lo poco que avanzamos como seres humanos, no construimos un mundo donde todos tengan las mismas oportunidades; por el contrario, contribuimos con un sistema consumista e individualista, que en vez de unirnos, nos aleja de los demás, haciéndonos pensar que sólo aquellos que tienen dinero reciben lo que por derecho nos corresponde a todos: educación y salud.
Comencemos en la familia, implicándonos en la formación de los niños, niñas y adolescentes. En el trabajo, realizando negociaciones justas que garanticen el bienestar de las personas y no las ganancias de la empresa. En los centros educativos, brindando una educación de calidad. En las calles, dando una mano o una sonrisa cortés que le permita a los niños y niñas creer de nuevo en nosotros.
Es un problema que afecta a la dinámica social, por lo tanto son las relaciones las que producen, mantienen o modifican los problemas de salud pública, como la delincuencia.
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