es importante que los padres monitoreen a sus hijos, sobre todo a los más pequeños para observar si presentan algunos problemas en la visión.
Los niños deberían ser sometidos a un chequeo oftalmológico integral, antes del inicio del año escolar a fin de detectar algún problema que pudiera afectar su rendimiento en clases, recomiendan médicos del Hospital Loayza.
Al respecto, el doctor Guillermo Barriga Salaverry, jefe del Servicio de Oftalmología del citado nosocomio, explicó que los indicadores más frecuentes de un problema visual en los menores son el parpadeo frecuente y la sensibilidad ante la luz.
"También hay que poner atención si el niño se acerca exageradamente a los objetos para verlos o entrecierra los ojos para afinar la visión", indicó. El galeno dijo que es importante que los padres monitoreen a sus hijos, sobre todo a los más pequeños para observar si presentan alguno de estos síntomas.
Agregó que el astigmatismo (visión borrosa de los objetos), la miopía (visión incorrecta de objetos lejanos) y la hipermetropía (visión incorrecta de objetos cercanos), respectivamente, son las enfermedades oculares denominadas ‘ametropías’ más frecuentes en nuestro medio y que pueden ser corregidas con el uso de lentes.
“A partir de los dos o tres años de edad, el oftalmólogo e, incluso, el pediatra puede ya detectar si existen problemas de visión en el niño”, precisó.
Según señaló, el diagnóstico de problemas visuales en los niños entre los 5 y 9 años aproximadamente es menor que en los más grandes, dado que los más pequeños no son conscientes de lo que les pasa y no manifiestan los síntomas.
El especialista advirtió que de no tratarse un problema visual a tiempo en el menor, en especial en aquellos que requieren anteojos con medida mayor a 3.0, este podría sufrir de ambliopía u ‘ojo perezoso’, enfermedad irreversible en la cual el ojo anatómicamente es “normal”, pero no el sistema de visión, al no haber permitido la maduración de este con el uso de lentes.
Barriga Salaverry advirtió también sobre la inconveniencia de someter a un menor a una cirugía para corregir las ametropías, pues, según señaló, la medida final de la vista en una persona no se establece de manera definitiva sino hasta después de los 24 años en promedio. “Por lo tanto, una operación en un menor podría ser perjudicial en vez de favorecerlo“, dijo finalmente.
Andina
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