La depresión en niños y adolescentes constituye el primer problema de salud pública en el Perú, no sólo por el aumento de los casos sino también por sus consecuencias.
Un 8,6% de los adolescentes en Lima en algún momento de su vida ha tenido un episodio depresivo en tanto, el 7,8% de los adolescentes ayacuchanos presentan trastorno de ansiedad y un 5,8% de adolescentes puneños manifiestan problemas de conductas vinculadas al problema del alcohol.
Esto último, equivale a que uno de cada ocho niños o adolescentes pueden sufrir un problema de salud mental en algún momento de su desarrollo, según datos del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”.
La depresión en niños y adolescentes constituye el primer problema de salud pública en el Perú, no sólo por el aumento de los casos sino también por sus consecuencias. Según los especialistas, es una condición común, crónica, recurrente y de tendencia familiar que usualmente persiste en la adultez.
Según informe de la OMS del año 2003 se señala que hasta el 20% de los niños y adolescentes del mundo sufren alguna enfermedad discapacitante, y el suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes.
El mismo estudio señala que los trastornos del comportamiento tienden a persistir de la adolescencia a la etapa adulta, asociándose en algunos casos a problemas conyugales, desempleo, comportamiento antisocial delincuencia y deficiente estado de salud física.
El contexto familiar en el adolescente juega un papel importante en el desarrollo de los problemas de salud mental, siendo los factores asociados más frecuentes: los conflictos conyugales o las dificultades emocionales entre uno de los padres y el adolescente.
Son también factores asociados con la depresión, las distintas formas de maltrato como el abuso físico, emocional, sexual y la negligencia en el cuidado, así como los eventos vitales negativos, el divorcio o separación conflictiva de los padres, la pérdida de amistades y la muerte de un familiar.
Si nota en los menores o en algún integrante de su familia estos signos, acuda a un tratamiento de salud mental:
- Cambio de conducta.
- Retraimiento y aislamiento.
- Problemas para dormir.
- No quiere comer.
- Dificultades académicas.
- Problemas en su trabajo.
- Inadecuada relación con los demás
- Conductas irritables, poco tolerantes.
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