Los efectos negativos en los animales son parecidos al de los seres humanos. Pueden presentarse infecciones gástricas, respiratorias y hasta la rabia.
Un gran aniego afectó a decenas de familias de la zona de Los Tusílagos la madrugada de ayer. Esto obligó a que el Ministerio de Salud declarara en alerta sanitaria dicha zona. La presencia de aguas servidas del alcantarillado en las calles convierte a dicha zona en un potencial foco infecciones que puede dañar la salud humana y la de las mascotas o animales callejeros.
El veterinario Rodrigo Rondón contó que la contaminación que producen las aguas servidas es tan dañina para la salud de las mascotas como para sus dueños. Según Rondón, el agua empozada puede traer problemas de tres tipos a los animales: por el consumo de esta agua; por la respiración de las toxinas que se evaporan hacia el aire; y por la concurrencia de mosquitos, zancudos o roedores.
El veterinario afirma que “si los dueños consideran a las mascotas como un miembro más de la familia deben cuidarla como tal”. Es decir, si la autoridad ordenó el traslado de toda la familia por el aniego, deben llevar a la mascota, no dejarla abandonada.
El especialista en salud animal afirma que algún miembro de la familia debe estar acompañando siempre a la mascota para que no beba agua empozada y se intoxique. La dieta de la mascota debe ser la de siempre. “La palabra clave es la responsabilidad. Esto es aplicable para perros, gatos. Desde el cuy hasta los loros”, enfatiza Rondón.
El consumo de agua contaminada puede producir daños a la salud gástrica de las mascotas por el ingreso vía oral de bacterias o virus que pueden originar diarreas y decaimiento en el animal. “Un problema severo es la infección de la leptospirosis. Una bacteria que origina vómitos, diarreas y fallas renales”, alerta Rondón.
La contaminación del aire producto de la evaporación del agua contaminada, más aún por la presencia de la alta temperatura veraniega, origina también complicaciones respiratorias agudas como irritación pulmonar y tos. “Si no se atiende a tiempo estos impactos a la respiración pueden derivar en problemas crónicos (permanentes)”, agrega Rondón.
La presencia de agua hervida también se transforma en nido de infecciones porque atrae roedores y mosquitos. Lo más peligroso, dice el veterinario, es que un roedor muerda a la mascota y le transmita la rabia.
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