El cáncer testicular es una enfermedad que, aunque poco frecuente, genera muchas dudas y mitos entre la población. En esta nota, el Dr. Johan Campos, médico urólogo-oncólogo del Minsa, aclara las creencias más comunes y nos revela la verdad detrás de ellas.
El cáncer testicular es una enfermedad que se origina en los tejidos de los testículos y puede tener un gran impacto en la vida de quienes lo padecen. Sin embargo, está rodeada de mitos y desinformación que generan confusión y miedo. Desde creencias erróneas sobre sus causas hasta dudas sobre su tratamiento y consecuencias, muchas personas tienen preguntas sin respuestas claras.
Para aclarar estos mitos y brindar información precisa, hemos consultado al doctor Johan Campos, médico urólogo-oncólogo del Ministerio de Salud (Minsa). ¿Es cierto que un golpe en los genitales puede causar cáncer? ¿La vasectomía tiene algo que ver con el desarrollo de esta enfermedad? Descubre las respuestas en esta nota.
Mito 1: "El cáncer de testículo es poco común"
Verdad. El cáncer de testículo es una patología relativamente poco frecuente, ya que representa aproximadamente el 2 % de todos los tumores diagnosticados en hombres. No obstante, a pesar de su baja incidencia, es importante tener en cuenta que suele presentarse con mayor frecuencia en varones jóvenes, especialmente en aquellos que se encuentran entre los 15 y los 35 años de edad.
Mito 2: "El cáncer de testículo solo afecta a hombres mayores"
Falso. Aunque puede presentarse en hombres mayores de 40 años, lo más habitual es que el cáncer testicular afecte a varones jóvenes, especialmente entre los 15 y los 35 años. Por lo tanto, se trata de una tumoración que se diagnostica con mayor frecuencia en personas jóvenes, lo que refuerza la importancia de la consulta médica temprana ante cualquier cambio o molestia en la zona testicular.
Mito 3: "El cáncer testicular es muy difícil de tratar"
Falso. Hoy en día, el cáncer de testículo es uno de los tipos de cáncer con mayor tasa de curación, especialmente cuando se detecta a tiempo. Gracias a los avances médicos, existen múltiples herramientas para su tratamiento. Además de la cirugía conocida como orquiectomía, se cuenta con tratamientos quimioterápicos efectivos que han evolucionado significativamente en los últimos años, lo que ha contribuido a mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.
Mito 4: "Un golpe en los genitales puede provocar cáncer de testículo"
Falso. Las contusiones o golpes en la zona genital no están relacionadas con el desarrollo del cáncer testicular. En realidad, existen otros factores de riesgo más relevantes. Uno de los más conocidos es la criptorquidia, una condición en la que uno o ambos testículos no descienden al escroto y permanecen en el canal inguinal o en el abdomen. Además, ciertas alteraciones genéticas, como el síndrome de Down o el síndrome de Klinefelter, así como algunas infecciones virales avanzadas como el VIH en estadio SIDA, también se asocian con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Mito 5: "El cáncer testicular es causado por la actividad sexual"
Falso. No existe ninguna relación entre la actividad sexual y el desarrollo del cáncer de testículo. Esta enfermedad no se origina por la conducta sexual ni por la frecuencia de las relaciones. Sin embargo, es importante destacar que la promiscuidad sí puede aumentar el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), las cuales son afecciones distintas, bien conocidas y con otros mecanismos de aparición.
Mito 6: "La vasectomía causa cáncer de testículo"
Falso. La vasectomía es un método anticonceptivo quirúrgico seguro que no guarda ninguna relación con la aparición del cáncer testicular. Diversos estudios han demostrado que este procedimiento no incrementa el riesgo de desarrollar esta enfermedad, por lo que los hombres que optan por la vasectomía pueden tener la tranquilidad de que no afecta su salud testicular en ese sentido.
Mito 7: "Ya no voy a poder tener hijos porque me dio cáncer testicular"
Falso. Haber sido diagnosticado con cáncer testicular no significa automáticamente que un hombre perderá su fertilidad. En la mayoría de los casos, el testículo sano restante puede seguir funcionando adecuadamente y permitir la reproducción.
Hay que tener en cuenta que en situaciones donde el cáncer se detecta en estadios tardíos, pueden ser necesarios tratamientos como la orquiectomía, la linfadenectomía o quimioterapia, los cuales podrían impactar en la fertilidad. Por eso, en algunos casos se recomienda preservar una muestra de esperma antes de iniciar el tratamiento, como medida preventiva.
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