La alteración genética llamada deficiencia de alfa-1 antitripsina (A1AT) fue la que le quitó la vida al genio musical. Aparte, el músico sufrió afecciones neurológicas y respiratorias.
La causa de muerte del pianista polaco Federico Chopin es tan rara e increíble como su don, el cual le permitió componer música y ofrecer canciones desde los siete años.
Chopin comenzó con sus problemas de salud desde su adolescencia y su primera juventud. A los 20 años padecía de alucinaciones visuales que incluso lo obligaron a abandonar por un momento un concierto en 1848.
En el 2011, la revista Medical Humanity adjudicó estas alucinaciones a una epilepsia del lóbulo temporal. La segunda afección a su salud y que lo llevó a la muerte fue una enfermedad pulmonar crónica que duró un período de 10 a 15 años. Chopin murió a los 39 años.
Esta enfermedad respiratoria reunía episodios de tos, fiebre y bronquitis, dijo el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta, durante el programa la Rotativa del Aire.
Como el pianista genio sufría de tapefobia, el miedo a ser enterrado vivió exigió que una vez muerte extrajeran su corazón y lo enterraran en otro lugar.
A dicho corazón, conservado en alcohol, le tomaron recientemente más de 3 000 fotografías y en un artículo de la Revista Americana de Medicina, que data de febrero de 2017, se consideró que la causa de muerte fue una infección pericarditis tuberculosa.
OTRAS OPINIONES MÉDICAS
Otros científicos europeos rechazan este diagnóstico y fundamentan que la muerte prematura de Chopin fue por una rara condición genética denominada deficiencia de alfa-1 antitripsina (A1AT), la cual tiene como característica que el cuerpo humano no sintetice una proteína que protege de daño a los pulmones y al hígado.
Los médicos europeos se apoyan en esta teoría debido a que dos de las hermanas de Chopin murieron de insuficiencia respiratoria a los 14 y 47 años; otra hermana menor murió por un severo cuadro de vómito de sangre.
Ambos casos son combatibles con una afección del hígado por la deficiencia de alfa-1 antitripsina (A1AT), la cual es una alteración genética que ocurre entre 1 de cada 4 a 5 mil personas. Esta anomalía es recurrente en gente del norte de Europa.
“Si bien el consenso no es universal, se considera que la causa de muerte es por la deficiencia de alfa-1 antitripsina (A1AT), enfermedad recién descrita en 1963”, sostiene Huerta.
Comparte esta noticia