Los nuevos ganadores del Premio Nobel de Química desarrollaron el concepto de la evolución dirigida con la que se alcanzó a desarrollar medicamentos frente a enfermedades reumatoides. Dentro de los ganadores hay una científica cuya historia de vida es ejemplar.
Los nuevos ganadores del Premio Nobel de Química 2018 lograron acelerar el proceso de evolución, que de manera natural dura miles o millones de años, a tan solo unas semanas. Con esta tecnología se logró sintetizar medicamentos para combatir enfermedades como la espondilitis anquilosante o la artritis reumatoidea.
La medicina sintetizada se llama Humira y es un anticuerpo monoclonal que ayuda a combatir las enfermedades reumatológicas citadas. “Ese medicamento se logró porque esa molécula no es más que una evolución de una molécula primitiva que existe en el cuerpo humano”, enfatiza el Consejero Médico de RPP Noticias Elmer Huerta.
Este proceso de aceleración rotunda de la evolución se llama evolución dirigida. Un caso que explica en qué consiste este concepto científico es la distribución desigual de casos de infección por malaria en el mundo.
Huerta explica que no existe una concordancia entre las zonas geográficas donde se encuentra de manera endémica el mosquito transmisor y los casos de infectados por la malaria. Esto sucede porque con el paso del tiempo, el propio cuerpo de los humanos desarrolla una especie de inmunidad natural debido a una exposición prolongada al foco infeccioso.
De esa misma forma, los científicos ganadores del Nobel de Química lograron manipular enzimas humanas y las expusieron a ciertas sustancias. “En vez de la evolución natural, que dura cientos o miles de años, pues se ha logrado eso en el laboratorio. A eso se llama evolución dirigida. Manipular las moléculas químicas, exponerlas a diferentes tipos de sustancias para que adopten nuevas características químicas evolutivas”, explica Huerta.
Los científicos ganadores del Nobel de Química fueron la doctora Frances Arnold del Instituto Tecnológico de California (Estados Unidos), el doctor Gregory Winter de Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) y el doctor George Smith de la Universidad de Missouri (Estados Unidos).
LA EJEMPLAR HISTORIA DE FRANCES ARNOLD
Elmer Huerta resaltó la historia de sacrificio de la doctora Frances Arnold, quien fue una de las primeras mujeres que estudió ingeniería en la Universidad de Princeton. Si bien su padre fue uno de los primeros en construir reactores nucleares comerciales, ella quería construir proteínas imitando el proceso de evolución de la naturaleza.
“Tiene 62 años, ella protestó contra la Guerra de Vietnam, trabajó como camarera en un club de jazz; como taxista, mientras hacía sus estudios universitarios”, agrega Huerta. A esto se suma su sobrevivencia al cáncer de mama en el 2005, el fallecimiento en 2001 de su primer esposo por cáncer, su siguiente pareja se suicidó en el 2010 y su hijo murió en un accidente automovilístico en el 2016.
“Estoy segura de que hay personas escépticas de que una mujer pueda hacer este trabajo tan bien como lo hace un hombre. Yo felizmente soy inconsciente de esas personas y se me ha dado la capacidad de ignorarlas por completo”, dijo la doctora Arnold frente al público cuando recibió el Nobel de Química y se convirtió en la quinta mujer ganadora de este galardón mundial.
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