La aparición de la variante ómicron ha llevado a que los casos en el mundo se incrementen, siendo considerada la más reciente variante “de preocupación” clasificada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A fines noviembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a la variante B.1.1.529, detectada por primera vez en Sudáfrica y nombrada como ómicron, como variante “de preocupación”, lo que significa que en base a sus características puede requerir de una o más acciones de salud pública para su contención y control.
El doctor Julio César Cachay, infectólogo de la Clínica Ricardo Palma, comenta que las variantes “de preocupación” están asociadas a uno o más cambios en la salud pública.
“Las variantes ‘de preocupación’ cumplen con los criterios de las variantes ‘de interés’ y, según se ha demostrado tras una evaluación comparativa, se asocian a uno o más de los siguientes cambios en un grado que resultad significativo para la salud pública mundial como una mayor transmisibilidad, casos más graves de enfermedad (mayor cantidad de hospitalización o muertes), fallas de detección de diagnóstico, reducción significativa en la neutralización por los anticuerpos generados durante una infección anterior o la vacunación y menor efectividad de los tratamientos o las vacunas”, agrega.
En la misma línea, la doctora María Elena Calisto, epidemióloga de la Universidad Norbert Wiener, resalta que cualquier tipo de coronavirus del síndrome respiratorio agudo ha de sufrir mutaciones de tipo genético.
“Todas estas mutaciones son preocupantes para la comunidad científica porque el principal problema es que pueden evadir mecanismos de inmunidad, tanto la inmunidad natural y la inmunidad adquirida. […] Las mutaciones son frecuentes en todo ciclo de vida en los virus y, en este, en particular queremos ver lo que es la capacidad de transmisión de estos virus y la susceptibilidad de los tratamientos o cualquier medio de control que pudiera presentarse”, comenta.
La doctora Calisto menciona que la variante ómicron tiene hasta 37 mutaciones en la proteína spike. Por su parte, el doctor José Luis Cabrera, neumólogo de Clínica Internacional, resalta que “se sabe que los virus pueden producir errores en su multiplicación, lo cual se debe a mutaciones”.
VARIANTES DE INTERÉS: ¿CÓMO SE DIFERENCIAN DE LAS CONSIDERADAS ‘DE PREOCUPACIÓN’?
En el caso de que algunas variantes del SARS CoV-2 son consideradas “de interés”, Cachay menciona que estas presentan mutaciones en su genoma que se asocian a “un cambio en la unión al receptor, un aumento en la transmisibilidad, un incremento en la gravedad de la enfermedad, una disminución de la sensibilidad en las pruebas diagnósticas, una menor neutralización por los anticuerpos generados contra una infección anterior o la vacunación, así como una menor eficacia de los tratamientos”.
El doctor Cachay resalta que esos cambios hacen que se incremente la vigilancia epidemiológica, entre otras acciones.
“Al adquirir nuevas capacidades, por los cambios en los marcadores genéticos específicos, una variante ‘de interés’ podría requerir una o más medidas de salud públicas adecuadas, incluida una mejor vigilancia secuencial, una mejor caracterización de laboratorio o investigaciones epidemiológicas para evaluar con qué facilidad se propaga el virus a otras personas, la gravedad de la enfermedad, la eficacia de los tratamientos y si las vacunas aprobadas o autorizadas actualmente ofrecen protección”, comenta.
La doctora Calisto afirma que la principal diferencia entre una variante ‘de interés’ y una ‘de preocupación’ es que la primera tiene cambios genéticos, mientras que la de preocupación está asociada a cambios en cierto grado de importancia.
VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA ES LA CLAVE
Para obtener los datos de las características de posibles variantes que aparezcan, el doctor Cachay resalta la importancia de los estudios de vigilancia epidemiológica “evaluando conglomerados de casos de COVID-19”.
“Además, secuenciación genómica, obteniendo secuencias completas del genoma del SARS CoV-2. Si se dispone de capacidad suficiente, realizar estudios de campo para caracterizar el comportamiento epidemiológico, clínico e inmunológico del SARS CoV-2”, menciona.
La doctora Calisto resalta que entre las metodologías que se utilizan para analizar las variantes es la secuenciación del genoma completo “que son tomadas de la circulación de aquellas muestras que fueron tomadas de pacientes.
El doctor Cabrera menciona que “los estudios que se realizan para identificar las variantes y clasificarlas dependen de estudios epidemiológicos que parten desde la observación de características distintas de transmisión de particularidades en el que el cuadro clínico”.
“Hay varios laboratorios locales del Estado, del Instituto Nacional de Salud y universidades que pueden realizar este secuenciamiento”, añadió.
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