La obesidad mórbida está relacionada a enfermedades como la diabetes, infarto de miocardio, hígado graso, apnea del sueño, reflujo gastro esofágico, entre otros.
La película nominada a los Oscar The Whale, protagonizada por Brendan Fraser, tiene como personaje principal a un hombre que padece de obesidad mórbida. ¿Qué es esta enfermedad y qué riesgos implica para la salud?
El doctor Luciano Poggi, miembro de la directiva de la Asociación Peruana de Cirugía y Enfermedades Metabólicas (APCBEM), comenta que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una enfermedad crónica que se define como la acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo, puede ser perjudicial para la salud por las complicaciones que puede traer consigo, como enfermedades asociadas e incluso la muerte súbita.
“Debido a que tiene múltiples causas o factores asociados es que se necesita un enfoque multidisciplinario. Actualmente, las opciones para el tratamiento de la obesidad son el cambio de hábitos de vida a través de la dieta y la actividad física, tratamiento psicológico, farmacológico, colocación de balones intragástricos y finalmente cirugías. Es importante resaltar que, si bien entre el 90 % y 98 % de pacientes con obesidad severa pierden peso gracias a programas nutricionales, lo recuperan en un período de 6 meses a un año. Por ello la importancia de procedimientos integrales para tratar los distintos tipos de obesidad y obtener cambios sostenibles a largo plazo”, comenta.
En el caso de la obesidad severa (tipo III) se empieza un proceso con un equipo multidisciplinario, con controles clínicos, evaluación nutricional, apoyo psicológico para estudiar hábitos alimentarios y manejar trastornos de la alimentación o conductas adictivas. El aspecto emocional de esta enfermedad es piedra angular en su tratamiento.
Por su parte, el doctor Augusto Lock, cirujano de Obesidad y Diabetes, mencionó que actualmente la obesidad es reconocida como una enfermedad crónica y está asociada a un estado inflamatorio crónico de bajo grado así como a una disfunción inmunológica.
“Se sospecha que el estado prolongado de inflamación lleva a una interrupción de los mecanismos homeostáticos y, en consecuencia, a trastornos metabólicos y enfermedades. La primera medida médica para tratar la obesidad es educar al paciente en tener una buena alimentación y en hacer actividad física de forma regular. En algunos casos se requiere de psicólogos para una mejor terapia conductual y manejo de la ansiedad. En los casos en los que todo lo anterior haya fallado indicamos la cirugía bariátrica”, agregó.
La nutricionista Giulianna Saldarriaga, especialista de Clínica Internacional, sostiene que la obesidad mórbida sí pone en riesgo la salud de una persona, debido que, al presentar ya este grado de obesidad, en la mayoría de los casos viene de la mano con otras enfermedades.
“El tratamiento de la obesidad mórbida, está a cargo de un equipo multidisciplinario de un doctor, para poder controlar las enfermedades que pueda padecer el paciente; el manejo de parte de un nutricionista, para brindar la adecuada alimentación y empezar la pérdida de peso o si ya fue sometido el paciente a una cirugía a cargo de un cirujano bariátrico, también será importante el manejo nutricional para la recuperación y seguir manteniendo la pérdida de peso deseada; otro de los profesionales que serían parte del tratamiento, es el psicólogo, encargado de dar el soporte emocional al paciente”, menciona.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El doctor Poggi refiere que para diagnosticar la obesidad mórbida, hay diferentes formas; sin embargo, debido a lo sencillo que es calcular el índice de masa muscular (IMC), esta es considerada la manera más aceptada para empezar.
“El IMC es un indicador de la relación entre el peso y la estatura de una persona. Existen diversos niveles o tipos de obesidad en términos de severidad en base al IMC; es importante recordar esto pues se considera que el sobrepeso y la obesidad son sinónimos; sin embargo, se trata de diversos niveles de la enfermedad”, menciona.
Agrega que el sobrepeso es considerado como el inicio de la enfermedad, con pacientes que registran un IMC igual o mayor al 25 kg/m2.Luego de este nivel le sigue la obesidad tipo I un IMC igual o mayor a 30 kg/m2. Le sigue la obesidad tipo II con IMC igual o mayor a 35 kg/m2 y, finalmente, la obesidad tipo III o severa al IMC mayor a 40 kg/m2. Estos valores son necesarios considerarlos teniendo como base el peso normal que se identifica con un IMC entre 18.5 a 24.9 kg/m2. igual o mayor a 18.5.
Además que “la obesidad es un factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades crónicas como el colesterol, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, incontinencia urinaria, se asocia a diversos tipos de cáncer, problemas ortopédicos, entre otros males físicos”.
“Repercute en la salud mental como la baja autoestima, es una condición que lamentablemente está asociada al bullying y prejuicios en niños y adolescentes. Es por esta razón que solemos decir que ‘la obesidad es una enfermedad que va de la cabeza a los pies’. No solo los pacientes con obesidad tienen una menor expectativa de vida, sino que la calidad de esta se ve afectada”, afirma.
En la misma línea, el doctor Lock menciona que la primera medida médica para tratar la obesidad es educar al paciente en tener una buena alimentación y en hacer actividad física de forma regular.
“En algunos casos se requiere de psicólogos para una mejor terapia conductual y manejo de la ansiedad. En los casos en los que todo lo anterior haya fallado indicamos la cirugía bariátrica. La obesidad mórbida o tipo 3 es la que se alcanza cuando la persona tiene un índice de masa corporal mayor o igual a 40, o aproximadamente 45 kilos del peso ideal. En el 30 % de estos pacientes se suelen encontrar enfermedades metabólicas como diabetes o presión alta”, menciona.
Además, el doctor Lock sostiene que no tiene que ver solo con el peso, también hay transtornos endocrinologicos, metabólicos y conductuales involucrados. “Entre las enfermedades relacionadas, en primer lugar está la diabetes, seguido de presión alta, infarto de miocardio, hígado graso, apnea del sueño, reflujo gastro esofágico, depresión, infertilidad, mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, covid severo,entre otras”, menciona.
Finalmente, Saldarriaga explica que entre las condiciones más frecuentes que observamos en el paciente, se encuentran la alimentación alta en grasas, harinas y alimentos procesados, además de un estilo de vida sedentario.
“El peso es un indicador rápido, pero no es el único indicador, para poder definir el estado del paciente también es importante conocer su perímetro de cintura, realizar un examen físico general y conocer antecedentes médicos.Las personas con este diagnóstico con mayor frecuencia presentan hipertensión arterial, diabetes mellitus, cardiopatía coronaria, dislipidemia, insuficiencia respiratoria y limitaciones físicas debido a problemas osteoarticulares. A nivel de prevención, es muy importante que los padres inculquemos a nuestros niños una alimentación saludable y la práctica de ejercicios, para reducir el riesgo de obesidad y las enfermedades que esta condición conlleva”, finaliza.
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