El asma tiene una predisposición genética, pero hay factores desencadenantes. El país tuvo un día propicio que redujo factores de riesgo para esta enfermedad que padecen 325 millones de personas en el mundo.
Salud
Lima
El domingo 22 de octubre del 2017, los peruanos fuimos amigables con el medio ambiente. La reducción considerable de autos en las calles, debido a la orden de inamovilidad que dictó el Gobierno para que se realice el Censo Nacional, se tradujo en mejor calidad de aire. Aunque puede parecer un sueño, si eventualmente repitiéramos una jornada así, indirectamente estaríamos evitando que estallen más casos de asma, una enfermedad del sistema respiratorio que afecta a 325 millones de personas en el mundo y que al 2025 podría subir a 400 millones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"El Perú tiene la tasa más alta de asma en América Latina y lo padecen 1 de cada 3 niños, principalmente de la Costa, debido al clima húmedo y la contaminación ambiental", señala Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias.
De acuerdo al mapa mundial del Índice de Calidad del Aire, que hace la medición en tiempo real, nuestra ciudad capital enfrenta niveles "dañinos, muy dañinos y arriesgados" para la salud, principalmente en niños y adultos con enfermedades respiratorias.
La OMS señala que la mayoría de las muertes por asma se producen en los países de ingresos medianos y bajos. "El principal factor de riesgo de padecer asma son las sustancias y partículas inhaladas que pueden provocar reacciones alérgicas o irritar las vías respiratorias".
El control de esta enfermedad se puede lograr por dos flancos: con medicación o evitando sus desencadenantes.
Por el lado farmacológico, el inhalador es la forma más común de aliviar una crisis asmática, caracterizada por silbidos en el pecho y dificultad para respirar.
Atacar la predisposición genética también es una alternativa. Investigadores de la Universidad de Harvard diseñaron un estudio para comprobar si en el cromosoma 17 está la mutación que se asocia al asma. "Encontraron que existe un gen que cuando se activa por estímulos internos o externos, hace que las células bronquiales reaccionen con inflamación y se desencadene la enfermedad. Conocer las características de este gen permitirá diseñar futuros tratamientos sobre el gen mutado y corregirlo", precisa el doctor Huerta. En efecto, ya existen tratamientos genéticos para algunos males.
Pero la contaminación ambiental es quizá lo más difícil de controlar, porque implica no solo reducir las emisiones tóxicas del parque automotor, sino de dotar a las ciudades de espacios verdes y de medios de transporte más ecoamigables, como la bicicleta.
Un factor imponderable es la humedad. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Lima registra un promedio de 78 % de humedad, y sube a más de 90 % en invierno.
José Luis Cabrera, médico neumólogo de la Clínica Internacional, advierte que este factor climatológico genera problemas alérgicos e infecciones respiratorias, con mayor susceptibilidad a mohos (hongos) y ácaros.
Además, de acuerdo al especialista, la humedad también nos expone a una mayor contaminación ambiental. "La polución se concentra cuando la atmósfera está más húmeda. El aire circula con menos facilidad porque tienen más vapor de agua relativo, y la polución produce más efectos perjudiciales".
Hay un circuito de interacciones entre humedad, contaminación y cambio climático, que aumentan los casos de asma en las ciudades o precipitan que un paciente con la enfermedad empeore sus síntomas. Asimismo se pueden desatar males respiratorios crónicos, como bronquitis, infecciones pulmonares por tabaco y fibrosis pulmonar.
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