Las enfermedades más mortales que se detectaron son las neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. También las cardiovasculares.
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El olfato no solo es un sentido corporal que permite percibir los olores de nuestro entorno, sino que su deterioro puede ser sinónimo de una muerte cercana, en el caso de adultos mayores, según nuevo estudio publicado en la revista Anales de Medicina Interna.
“Este es un estudio de asociación. Es decir, se asocia la pérdida de olor con la mortalidad y el desarrollo de enfermedades. No es un estudio de causa y efecto”, precisó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta, durante el programa La Rotativa del Aire.
La investigación fue elaborada por científicos suecos y norteamericanos, quienes reunieron a 2.200 personas, de edades que oscilaban entre los 71 y los 82 años. Huerta precisó que durante el estudio se examinó la salud de los participantes y se les aplicó una prueba olfatoria.
La prueba del olfato constó de un examen de olores comunes como las fresas, el vino, la gasolina, la canela, la fresa, entre otros alimentos o sustancias. Luego, de acuerdo con el número de sustancias que sí podían oler, al total de participantes se les dividió en tres grupos: bueno, moderado o malo.
Los investigadores siguieron el estado de salud de los adultos mayores durante 13 años para ver de qué enfermedades fallecían. Los resultados fueron sorprendentes. Las personas que no olían bien tuvieron hasta un 46% más de riesgo de mortalidad, en comparación al grupo de los que sí olían bien.
“Existe mucha relación entre la capacidad olfatoria del ser humano y la función cerebral. Especialmente del aparato inmunológico. Esto se ha averiguado en experimentos con animales y en observaciones de seres humanos”, agregó Huerta.
¿Qué enfermedades se registraron?
Las enfermedades que con más frecuencia se presentaban en los adultos mayores examinados fueron las enfermedades degenerativas como el Mal de Parkinson; las demencias como la enfermedad de Alzheimer y enfermedades cardiovasculares.
“22% del aumento del riesgo general de muerte se debía por las enfermedades neurodegenerativas”, dijo Huerta.
Los científicos del presente estudio afirmaron que los médicos generales casi nunca examinan la capacidad olfatoria de sus pacientes mayores en sus consultorías, solo ciertos neurólogos. Con esta prueba científica, esa realidad debería cambiar.
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