Hay bacterias capaces de sobrevivir en los menús del restaurante durante más de 12 horas.
La espera desespera cuando llegas hambriento a un restaurante. La carta es lo que más te urge tener entre las manos, y cuando por fin llega ese momento señalas con el dedo aquello que más se ajusta a tu paladar y a tu presupuesto. ¿Cuántos de los que hemos hecho esta misma rutina, luego nos hemos lavado las manos?
No vamos a engañarnos, la mayoría de veces -si no es siempre- nuestras manos no pasan por agua y jabón, así que en ella quedan algunas de las miles de bacterias que estaban diseminadas en la carta y que son imperceptibles. Patógenos que pueden causar vómitos, diarrea, fiebre, calambres, entre otros síntomas.
Un estudio titulado Pathogen persistence in restaurant menus halló que la carta puede albergar miles de millones de bacterias por centímetro cuadrado, siendo las más comunes la Escherichia coli "presente en el intestino humano y de los animales y por tanto en sus heces", y el Staphylococcus Aureus, "que lo encontramos en la nariz, en la piel, en las heridas y en la base del pelo".
Los investigadores inocularon E. coli y S. aureus en menús de plástico y papel para determinar la supervivencia bacteriana en esos diferentes materiales.
Los resultados arrojaron que la mejor superficie para presentar los platos del día es el papel, porque se puede desechar y reemplazar a diario. En tanto que el plástico es el menos higiénico y requiere una limpieza continua.
De acuerdo al estudio, las bacterias 'sembradas' en las cartas de restaurante son capaces de sobrevivir en los menús del restaurante durante más de 12 horas, pudiendo causar enfermedades transmitidas por los alimentos.
La limpieza y la desinfección deben aplicarse a todos los elementos del restaurante, no solo a las superficies que están en contacto con los alimentos, como la vajilla, los cubiertos o los manteles.
"Este estudio propone que los menús de papel sustituyan los de plástico, porque el primero representa una alternativa más higiénica, no solo porque detectar la suciedad es más evidente, sino porque es fácil de reemplazarlo a diario", sugieren las conclusiones de la investigación, que además aconsejan no olvidar el lavado de manos.
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