"La industria ve un impacto en su línea de flotación. Necesita trabajadores y consumidores sanos", dijo Olivier Raynaud, experto en salud y atención sanitaria del Foro de Davos (FEM).
Pese a que la obesidad, factor clave en la Diabetes y las enfermedades cardiovasculares, cuesta mucho dinero tanto al sector público como al privado, los líderes empresariales reunidos en Davos no se ponen de acuerdo sobre qué pueden o deben hacer para afrontarla.
En materia de salud el Foro Económico Mundial ha conseguido en el pasado algunos avances, como el respaldo a la lucha contra el sida y la vacunación infantil en países pobres, pero abordar el incremento de la obesidad promete ser una labor mucho más complicada.
"Hay enormes intereses implicados. La cuestión es ¿cómo conciliamos esos intereses? La industria ve un impacto en su línea de flotación. Necesita trabajadores y consumidores sanos", dijo Olivier Raynaud, experto en salud y atención sanitaria del Foro de Davos (FEM).
El FEM estima que se pueden perder unos 47 billones de dólares en los próximos 20 años debido a enfermedades no transmisibles y problemas de salud mental, con la obesidad culpable de un 44 por ciento de los costos por diabetes y de un 23 por ciento del presupuesto de las enfermedades del corazón.
Cuatro de cada cinco diabéticos viven en países con ingresos bajos y medianos, y las ventas globales de medicamentos para la diabetes llegarían a los 48.000-53.000 millones de dólares para
2016, frente a los 39.200 millones de dólares de 2011, según la empresa de investigación IMS Health.
Un vistazo a la lista de socios estratégicos del FEM muestra la cantidad de intereses en juego: a las compañías de alimentos y bebidas se las culpa de agravar la crisis, mientras que los laboratorios farmacéuticos se benefician de las tasas crecientes de diabetes.
También hay cuestiones de elección de los consumidores que hay que tener en cuenta, y el hecho de que las empresas que venden alimentos ricos en calorías también ofrecen a menudo alternativas más saludables.
"Podríamos dejar de vender helados, pero la gente va a seguir queriendo comer helado", dijo Paul Bulcke, consejero delegado del gigante alimentario Nestlé, que ha invertido fuertemente en desarrollar productos más sanos, incluidos los helados bajos en grasa.
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