Estudio advierte que niños de padres más longevos tuvieron peores resultados en diversas pruebas de inteligencia, a excepción del test de coordinación física.
Cuanta más edad tiene un padre, peores son los resultados de sus hijos en las pruebas de inteligencia, justo al contrario de lo que sucede con las madres más longevas, según una investigación publicada hoy en la revista estadounidense "PLoS Medicine".
Desde hace tiempo, la ciencia estudia los efectos que tiene la edad de la mujer en su fertilidad y en la salud de su descendencia, el llamado "reloj biológico", pero poco se sabe del impacto de la edad paterna.
Algunos estudios han relacionado una tardía paternidad con un mayor número de abortos, deformidades del bebé al nacer, cáncer, autismo y esquizofrenia en la descendencia, así como dislexia y menor inteligencia.
Ahora, un equipo de investigadores del Queensland Brain Institute (Australia) ha estudiado la relación que existe entre la edad del padre y la capacidad cognitiva del niño.
Los científicos sometieron a diversas pruebas de inteligencia a 33.437 niños nacidos en Estados Unidos entre 1959 y 1965 cuando tenían 8 meses, 4 y 7 años.
En los test de capacidad cognitiva se evaluó la habilidad para pensar y razonar, la concentración, la memoria, el aprendizaje, la comprensión, el habla, y la lectura.
Además se estudió su coordinación física.
Los científicos tuvieron en cuenta la edad de los progenitores y algunas características sociales, como los niveles de educación e ingresos de los padres.
Los niños de padres más longevos tuvieron peores resultados en todas las pruebas, a excepción del test de coordinación física.
Por contra, los descendientes de madres más longevas alcanzaron mayor puntuación que el resto de niños.
Ahora bien, el equipo no estudió la inteligencia de los niños más allá de los 7 años, por lo que desconocen si alcanzan el nivel de los descendientes de padres más jóvenes.
El equipo investigador desconoce por qué la edad paterna influye negativamente en la capacidad cognitiva de los hijos, aunque sugiere que pueden intervenir factores sociales o genéticos.
A diferencia de las mujeres, cuyos óvulos se forman cuando están en el útero materno, los espermatozoides de los hombres se producen a lo largo de toda su vida y pueden sufrir mutaciones que afecten a la descendencia.
Algunas investigaciones han atribuido los mejores resultados cognitivos de los hijos de madres más longevas a que han crecido en un ambiente más adecuado para su desarrollo, algo que no sería válido en el caso de los hombres. EFE
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