El consumo de bebidas azucaradas (refrescos, zumos de fruta envasados, gaseosas, etc) está asociado al aumento de peso, a un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 y obesidad infantil.
Ahora, un nuevo estudio añade un motivo más para no abusar de los refrescos y las gaseosas: en los hombres, consumir poco más de una lata al día incrementa en un 20% el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
El estudio, publicado en la revista Circulation de la Asociación Americana del Corazón, siguió durante más de 20 años los casos de 42.800 hombres.
El aumento del riesgo se dio incluso reduciendo otros factores como el tabaquismo, la inactividad física, el consumo de alcohol y los antecedentes familiares. Según los autores, tan sólo limitando su consumo a un par de veces por semana se puede evitar estos efectos indeseados para la salud.
Para los autores de este estudio, su investigación "proporciona una justificación sólida para reducir el consumo de bebidas azucaradas en la población general".
Este tipo de bebidas se caracterizan por tener un alto nivel de azúcar añadido, por un lado, y muy poca capacidad saciante, por otro.
Estos altos niveles de carbohidratos en forma de azúcares que son absorbidos muy rápidamente favorecen el sobrepeso pero, más allá de si engordan a quien los toma, tienden a producir resistencia a la insulina y otros desajustes ligados al desarrollo de diabetes.
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