El cáncer se puede prevenir y detectar a tiempo, y el chequeo oncológico preventivo es una gran forma de hacerlo, ¿qué significa pasar por uno? En esta crónica te cuento mi experiencia.
"Este es un país de cáncer avanzado". Esa fue la frase que hizo eco en mi cabeza y marcó mi visita al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) hace unos días. La dijo el doctor Eduardo Payet, director institucional del INEN mientras recorría junto a Mabel Huertas, conductora de RPP, las instalaciones del hospital a propósito de la Semana Perú de Lucha contra el Cáncer.
Ahí me enteré que existe un departamento de prevención del cáncer en el INEN, es decir, tenemos la oportunidad de encontrar a tiempo algún tipo de enfermedad neoplásica e impedir su avance. No sé si Fernando, el hermano mayor de mi mamá y una de las personas que más quise en la vida, sabía que el cáncer, de tenerlo, se puede detectar a tiempo.
A sus 49 años, el primogénito de siete hermanos, dejó de existir a causa de un cáncer al estómago que acabó con su vida en un abrir y cerrar de ojos. Yo era una niña, pero recuerdo bien la escena cuando recibimos la noticia: mi abuela estaba en la clínica y mi mamá lloraba desesperada a mi lado, era su hermano favorito.
Con la historia de Fernando en mente y conmovida por la visita que hice por un tema netamente profesional, decidí pasar por mi primer chequeo oncológico preventivo y escribir sobre los pasos que se deben seguir en el INEN. No tenía ningún síntoma o dolor, fui por prevención, un hecho que es importante diferenciar, pues muchas personas acuden al hospital con un problema de salud que les preocupa. Eso ya no es chequeo, eso es una consulta médica para averiguar la causa de los síntomas.
Salud
El cáncer se puede prevenir y detectar a tiempo, y el chequeo oncológico preventivo es una gran forma de hacerlo, ¿qué significa pasar por uno? En esta crónica te cuento mi experiencia.
Programé mi visita para el jueves 21 de octubre a las 2.30 pm, llegué 10 minutos antes de la cita y lo primero que vi fue una carroza fúnebre en la entrada.
Mi primera parada fue en el área de admisión que está habilitada en una zona al aire libre por la pandemia. La licenciada Gina Ramírez me atendió en esta parte del proceso. Allí, dejé una copia de mi DNI y llené un ficha donde me pedían datos como mi número de teléfono, grado de estudios, ocupación y religión. Al ser la primera vez que me atendía en el hospital, esperé a que se generara mi hoja de afiliación.
Luego pasé a caja donde pagué mi cita. Los afiliados del Seguro Social (EsSalud) pagan 20 soles por consulta, los del Seguro Integral de Salud o SIS no pagan y si no tiene ningún seguro la atención cuesta 5 soles. Este monto solo cubre la consulta, no los exámenes que te hagas durante el chequeo. Y estos, a su vez, varían de precio dependiendo del tipo de seguro de salud que tengas.
El preventorio está dentro del Centro de Atención Ambulatoria de Cáncer del INEN que inauguraron en febrero de este año. En la primera sala de espera, mientras aguardaba para pasar a consulta, había 20 personas. De ellas, 17 eran mujeres y 3 hombres.
El ingreso es por orden de llegada, así que pasas a la segunda sala de espera, al frente de los consultorios, donde otra enfermera te recibe, te pide tu ficha y te hace una preentrevista antes de que veas al médico que hará el chequeo, guiado por la edad de la persona. No es lo mismo chequear a alguien en sus veintes, que en sus sesentas.
En el caso de las mujeres, hacen preguntas básicas como la edad de la primera menstruación, la fecha de la última regla, el inicio de su vida sexual, si tienes hijos, si has abortado y los métodos de protección que usas durante una relación sexual. Datos que deben estar muy claros para prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de cuello uterino, por ejemplo, que se produce en algunos casos por la presencia del virus del papiloma humano, una infección de transmisión sexual que puede generar el crecimiento desmedido de células cancerosas en esa zona del cuerpo.
Esperé casi 10 minutos y pasé al consultorio. La misma enfermera me pidió que me desvistiera completamente en el baño que está dentro del consultorio y me pusiera la bata, dejando descubierta mi espalda. Debo confesar que salí con bastante frío y pudor. La doctora Gabriela Pezoa Villanueva, médico oncóloga, fue quien me recibió. Me señaló una camilla y me pidió que me sentara ahí mientras ella me hacía más preguntas sobre mi vida. Una de ellas fue si existía algún antecedente de cáncer en mi familia. Le respondí que sí, mi relación familiar con la persona y el tipo de cáncer que tuvo.
El examen continuó, pero ahora de forma física: me pidió estirar primero mis brazos hacia arriba uno por uno para revisar las mamas y axilas, luego continuó con el resto del cuerpo. Luego llegó el momento del Papanicolaou, el procedimiento que consiste en insertar un espéculo dentro de la vagina para obtener células del cuello uterino con el fin de observarlas en el laboratorio y determinar si hay cáncer. Apenas terminó el examen físico, pude vestirme de nuevo y subir al segundo piso del centro de prevención para agendar una nueva cita donde la misma doctora leerá los resultados de mi prueba conmigo.
Durante todo el proceso, que duró 30 minutos aproximadamente, fue obligatorio usar doble mascarilla y protector facial, incluso durante el examen físico.
El tipo de exámenes que se necesitan para detectar el cáncer depende de la edad del paciente. De acuerdo a los años de una persona deberá pasar por diferentes procedimientos médicos complementarios para detectar el cáncer, como una colonoscopia, un examen de virus papiloma humano en el cuello del útero o una mamografía.
La prevención de esta enfermedad no solo consta de exámenes médicos, sino del estilo de vida desde que uno es niño. Una alimentación saludable, actividad física y evitar el consumo de tabaco y abuso de alcohol son muy importantes. Visita a tu doctor o doctora una vez al año sin tener síntomas, hazlo por tu salud, por tu calidad de vida, por tus ‘Fernandos’.
Comparte esta noticia