En julio del 2020 le diagnosticaron de cáncer de mama bilateral a Carla Miranda. Si bien en octubre del 2019 había salido bien en sus exámenes de ecografía y mamografía de rutina, en solo nueve meses desarrolló la enfermedad. La pregunta que la acompañaría en todo el proceso no fue el porqué, sino el para qué.
A sus 47 años, Carla se siente afortunada de haber tenido que detenerse tres veces en la vida: durante su primer embarazo de riesgo, en su segundo embarazo de trillizos, que tuvo que estar en reposos 6 meses, y ahora. “No me pregunto por qué me pasó. Mejor es dejar de lado la victimización que solo va a traer miedo”, dice.
Su filosofía de vida expresa una gran fortaleza y libertad interior. Para ella, el cáncer —que de por sí es una palabra que lleva una connotación negativa— ha sido un proceso de aprendizaje, sanación y crecimiento personal. Carla llama a la clínica donde recibió las 20 quimioterapias y fue operada su club o spa.
“La pasas genial y aprovechas las instalaciones, donde ponía mi música y disfruté de mi espacio. Para mí ha sido un momento de sanarme. Pero es importante sacar el aprendizaje que es lo que a mí me queda”, explica Carla, publicista, casada con Manuel Enrique Puyó hace diecisiete años y madre de cuatro hijos.
Al poco tiempo de conocer su diagnóstico, decidió escribir su primer libro contando los aprendizajes que le trajo la enfermedad. Sus hijos le pusieron el nombre: Bolitas de Amor. “Y es verdad, el cáncer son nódulos, bolitas”, comenta Carla sobre su libro, un manual donde comparte su visión de la vida: el ser agradecida.
En Bolitas de Amor: empoderando mi mejor versión, Carla Miranda narra distintos momentos importantes y a la vez cotidianos como cuando sus hijos y su esposo le cortaron el cabello al empezar a caérsele por el tratamiento de quimioterapia. “Me hicieron sentir universitaria, toda una cachimba”, cuenta en su libro.
“He podido disfrutar viendo cómo mis hijos se divierten cortándome el pelo y he podido ver mi cuerpo en el espejo totalmente hermoso, sin tener un pelo ni la dos mamas. Nunca me había visto tan bella. Somos cascarón. Que la gente no se pierda en lo físico, sino que vean interiormente lo hermosas que son”, señala.
“Me he transformado. Considero que el cáncer me ha hecho una mejor persona, porque me ha tocado de una manera especial”, explica y agrega que “la vida frente a la muerte es un despertar. Finalmente, somos luz y así vamos a ser y así lo somos. ¿Por qué voy a vivir en función de la muerte si estoy viva?”, se pregunta.
Carla Miranda decidió entregar los derechos de su libro a Pura Voluntad, una asociación de ayuda social y apoyo voluntario que gestiona donaciones a cinco albergues de pacientes con cáncer y a la Liga de Lucha Contra el Cáncer. Los fondos recaudados servirán para ayudar a otras personas que padecen de cáncer.
Para adquirir el libro ya sea en Lima o provincias escribe a Pura Voluntad en Facebook, Instagram o Tiktok a @puravoluntadperu o al Whatsapp 989140528. También podrás adquirir el libro virtual próximamente a través de la plataforma de Amazon.
La autora escribe este libro, según ella, en el mejor momento de su vida. “El aprendizaje que saco es que uno puede salir adelante sin importar la situación que tengas. En otras palabras, no necesitas tener cáncer para vivir agradecido y sacarle el jugo a la vida y aprovechar tus 24 horas”, comenta Carla Miranda.
Si bien, esta publicación es el testimonio de una paciente con cáncer, Carla no ha querido centrarse en la información médica sobre esta enfermedad que abunda en internet, sino que quiere mostrar una mirada de aceptación y de aprendizaje frente a cualquier situación difícil o compleja de la vida, sea o no cáncer.
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