La arteria ha sido desarrollada con nanotecnología y está diseñada para reproducir las características de una arteria normal.
El Royal Free Hospital de Londres emprenderá próximamente una serie de pruebas clínicas para observar el comportamiento en humanos de una novedosa arteria artificial que, de funcionar, constituiría un gran avance para la cirugía cardiovascular, informa hoy la BBC.
La arteria ha sido desarrollada con nanotecnología a partir de un material polímero y está diseñada para reproducir las características de una arteria normal.
Así, el injerto, fuerte y flexible, debe poder emular el pulso natural de un vaso sanguíneo humano y hacer llegar los nutrientes a los tejidos del cuerpo.
El objetivo es que esta arteria -que, a diferencia de los "bypass" tradicionales, es además resistente a la coagulación- pueda utilizarse como puente en la cirugía de arterias coronarias y de las extremidades inferiores, de forma que se reduzca la probabilidad de infartos y amputaciones.
Los procesos quirúrgicos actuales utilizan injertos de plástico o venas reales extraídas de la pierna del paciente para sustituir las arterias propias deterioradas e incapaces de soportar la presión sanguínea.
Mientras que algunos pacientes no tienen venas propias adecuadas, el material plástico sustitutivo, que no es capaz de reproducir la pulsación y tiende a propiciar coágulos, no funciona bien para reemplazar las arterias de menos de 8 milímetros.
El profesor George Hamilton, a cargo del experimento, dijo a la cadena pública que los injertos-puente actuales tienen "altas cuotas de fracaso", porque tienden a ser "rígidos y de pequeño diámetro", mientras que la nueva arteria es más parecida a las humanas.
EFE
La arteria ha sido desarrollada con nanotecnología a partir de un material polímero y está diseñada para reproducir las características de una arteria normal.
Así, el injerto, fuerte y flexible, debe poder emular el pulso natural de un vaso sanguíneo humano y hacer llegar los nutrientes a los tejidos del cuerpo.
El objetivo es que esta arteria -que, a diferencia de los "bypass" tradicionales, es además resistente a la coagulación- pueda utilizarse como puente en la cirugía de arterias coronarias y de las extremidades inferiores, de forma que se reduzca la probabilidad de infartos y amputaciones.
Los procesos quirúrgicos actuales utilizan injertos de plástico o venas reales extraídas de la pierna del paciente para sustituir las arterias propias deterioradas e incapaces de soportar la presión sanguínea.
Mientras que algunos pacientes no tienen venas propias adecuadas, el material plástico sustitutivo, que no es capaz de reproducir la pulsación y tiende a propiciar coágulos, no funciona bien para reemplazar las arterias de menos de 8 milímetros.
El profesor George Hamilton, a cargo del experimento, dijo a la cadena pública que los injertos-puente actuales tienen "altas cuotas de fracaso", porque tienden a ser "rígidos y de pequeño diámetro", mientras que la nueva arteria es más parecida a las humanas.
EFE
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