Cuando el estornudo se reprime puede producir efectos contrarios.
El estornudo es un acto reflejo que es un mecanismo de defensa de nuestro organismo, pero que cuando se reprime puede producir efectos contrarios.
Esta expulsión de aire pulmonar a través de las fosas nasales y, en ocasiones, también por la boca, muchas veces es una respuesta a algún factor desencadenante físico, químico, alérgico o infeccioso, explicó el médico de familia Moisés Robledo del Corro en un artículo para Buena Vida del portal Elpais.com.
El especialista señaló que el aire expulsado alcanza velocidades muy altas y en su salida arrastra las partículas o gérmenes que lo han producido.
Cuando se contiene el estornudo no se produce ese arrastre de partículas y la fuerza del aire actúa contra los propios tejidos.
“Los gérmenes presentes pueden ser desplazados hacia zonas más internas de la fosa nasal, senos paranasales u oído medio, colonizando dichas zonas y produciendo o agravando infecciones”, advirtió del Corro.
Pero también se pueden producir pequeñas roturas vasculares (sangrado por la nariz o hemorragias en la conjuntiva ocular o el tímpano), inflamación de fosas nasales, inflamación timpánica, dolor de oído, mareos, alteraciones en la audición, o dolor de cabeza, entre otras consecuencias negativas.
Finalmente, el médico aconsejó que debemos evitar estornudar frente a otras personas, y cuando lo hacemos debemos hacerlo sobre un pañuelo de papel desechable, para evitar propagar las infecciones y evitar reservorios de gérmenes susceptibles de causarlas.
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