Contar con agua limpia en el hogar es fundamental para prevenir enfermedades y proteger el bienestar de toda la familia. Sin embargo, mantenerla en buen estado no siempre es sencillo, especialmente cuando se almacena en diferentes recipientes como tanques, baldes o cisternas. ¿Qué cuidados son necesarios para asegurar que el agua que consumimos esté libre de contaminación?
Mantener el agua limpia en el hogar no es solo una cuestión de orden, sino una necesidad fundamental para proteger la salud de toda la familia. El agua que consumimos diariamente puede convertirse en una vía de transmisión de enfermedades si no se almacena, manipula o limpia correctamente. Por ello, es esencial tomar medidas preventivas que aseguren su calidad y pureza.
El ingeniero sanitario Rafael Rojas destaca que para hablar de agua apta para el consumo humano es necesario preguntarse: ¿por qué es importante mantener una buena calidad del agua? La respuesta es clara: porque afecta directamente a la salud pública. Cuando el agua no se maneja ni almacena adecuadamente, puede causar enfermedades como diarrea, parasitosis y otras dolencias relacionadas con el consumo de agua contaminada.
Una de las medidas más importantes para conservar la calidad del agua es la limpieza regular de cisternas y tanques de almacenamiento. Según Rojas, el Ministerio de Salud (Minsa) establece que estos deben limpiarse cada seis meses. Esta limpieza periódica es crucial para evitar la proliferación de bacterias, hongos y otros agentes que pueden comprometer la salud.
¿Y cómo se realiza esta limpieza? El proceso consiste, primero, en vaciar completamente el tanque o la cisterna. Luego, se debe aplicar cloro o lejía para desinfectar las superficies internas. Sin embargo, Rojas recalca que este procedimiento debe hacerse con precaución y siguiendo las instrucciones correctas, ya que un mal uso de estos productos también puede representar un riesgo para la salud.
Además del cuidado de tanques y cisternas, también es importante considerar el agua almacenada en botellas o baldes. En el caso de las botellas, el agua destinada al consumo o preparación de alimentos no debe almacenarse por más de 48 horas, y siempre debe contener una cantidad adecuada de cloro residual. En cuanto a los baldes, si no están herméticamente cerrados o bien tapados, pueden contaminarse fácilmente, por lo que es indispensable asegurarse de cubrirlos correctamente.
En ese sentido, mantener el agua de casa limpia requiere de prácticas simples pero constantes. Desde la limpieza periódica de los sistemas de almacenamiento hasta el uso correcto de recipientes, cada acción contribuye a asegurar que el agua que consumimos sea segura y saludable.