La nutricionista del Centro Nacional de Alimentación (Cenan), Amelia De la Zota Ángeles, sugiere ingerir adecuados niveles de líquidos para evitar deshidratación.
Con la llegada del verano las frutas y verduras se convierten en los alimentos más recomendados de consumo para la población debido a que aseguran los niveles adecuados de líquido en el organismo que evitan la deshidratación, ayudan al buen funcionamiento del aparato digestivo, aportan fibras, protegen los tejidos y las células de nuestro cuerpo, aseguró la nutricionista del Centro Nacional de Alimentación (Cenan), Amelia De la Zota Ángeles.
Sostuvo que a todo ellos se suma las características de tener un bajo aporte energético que contribuye a reducir el contenido calórico de la dieta para evitar aumentar de peso. Para ello, dijo, podemos incluir una gran variedad de platos preparados en base a verduras y frutas crudas o cocidas, en guisos, ensaladas y jugos naturales.
"En el verano es especialmente importante beber líquidos en abundancia, ya que el calor aumenta la pérdida de agua y minerales a través de la piel y ello favorece la deshidratación. La bebida por excelencia es el agua, porque hidrata y no aporta kilo calorías", comentó.
Cuidados con niños y ancianos
En el caso de bebés y niños, De la Zota señaló que es igualmente importante, ya que al tener la piel más frágil se deshidratan con mayor facilidad, así como en los ancianos, donde disminuye la sensación de sed y pueden ingerir menos agua de la que necesitan. También conviene prestar especial atención a la ingesta de líquidos cuando hagamos ejercicio debido al aumento de la sudoración.
La especialista consideró que en esta temporada es importante consumir una alimentación variada conformada por alimentos de todos los grupos como son: cereales (arroz, trigo, quinua etc.) y derivados (pan, fideos, etc.), tubérculos y raíces (papa, camote, yuca etc.), menestras (frijoles, garbanzos, pallares, lentejas, etc.),
Además, de considerar la ingesta de lácteos (leche, queso, yogurt) que contienen una buena cantidad de calcio, los huevos, carnes y vísceras y el pescado, los cuales son fuente de proteínas y hierro; los azucares y grasas se recomiendan consumir en cantidades moderadas.
Sostuvo que a todo ellos se suma las características de tener un bajo aporte energético que contribuye a reducir el contenido calórico de la dieta para evitar aumentar de peso. Para ello, dijo, podemos incluir una gran variedad de platos preparados en base a verduras y frutas crudas o cocidas, en guisos, ensaladas y jugos naturales.
"En el verano es especialmente importante beber líquidos en abundancia, ya que el calor aumenta la pérdida de agua y minerales a través de la piel y ello favorece la deshidratación. La bebida por excelencia es el agua, porque hidrata y no aporta kilo calorías", comentó.
Cuidados con niños y ancianos
En el caso de bebés y niños, De la Zota señaló que es igualmente importante, ya que al tener la piel más frágil se deshidratan con mayor facilidad, así como en los ancianos, donde disminuye la sensación de sed y pueden ingerir menos agua de la que necesitan. También conviene prestar especial atención a la ingesta de líquidos cuando hagamos ejercicio debido al aumento de la sudoración.
La especialista consideró que en esta temporada es importante consumir una alimentación variada conformada por alimentos de todos los grupos como son: cereales (arroz, trigo, quinua etc.) y derivados (pan, fideos, etc.), tubérculos y raíces (papa, camote, yuca etc.), menestras (frijoles, garbanzos, pallares, lentejas, etc.),
Además, de considerar la ingesta de lácteos (leche, queso, yogurt) que contienen una buena cantidad de calcio, los huevos, carnes y vísceras y el pescado, los cuales son fuente de proteínas y hierro; los azucares y grasas se recomiendan consumir en cantidades moderadas.
Comparte esta noticia