Cada vez más personas expresan preocupación por los olvidos y la desorientación que experimentan con el paso del tiempo. ¿Se trata de algo normal o podría ser una señal temprana de un problema mayor? El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, indica que existen siete tipos de olvidos que podrían ayudarte a identificar si es momento de consultar a un especialista.
Uno de los motivos de consulta más frecuentes entre los pacientes, especialmente en edad avanzada, es la preocupación por olvidos recurrentes o episodios ocasionales de desorientación. Esta inquietud suele surgir por el temor a que dichos síntomas no sean simplemente parte del proceso natural de envejecimiento, sino señales tempranas de una posible demencia u otra enfermedad cerebral. En ese contexto, es comprensible que muchas personas busquen orientación médica para entender si sus experiencias son normales o si requieren atención especializada.
Ante esta preocupación, la revista Time realizó una encuesta a un grupo de expertos neurólogos con el fin de proporcionar una guía clara al respecto. A partir de sus respuestas, se elaboró una lista con siete elementos clave que pueden ayudar a determinar si hay razones para consultar al médico más a fondo.
Es importante resaltar que la presencia de uno o varios de estos indicadores no implica necesariamente un diagnóstico, sino que actúan como señales de alerta temprana. En ese sentido, su función principal es orientar a los pacientes y fomentar un diálogo más profundo con profesionales de la salud cuando sea necesario.
Siete tipos de olvidos que deben llamarte la atención y llevarte a buscar ayuda
1. Tienes problemas con tareas familiares: Uno de los primeros signos de alerta en relación con la salud cognitiva es la dificultad para realizar tareas familiares. Si una persona nota que empieza a tener problemas para seguir su rutina diaria -como preparar el desayuno, apagar la cocina o realizar labores domésticas que antes hacía con facilidad- esto puede ser motivo de atención. El olvido ocasional es común, pero cuando las acciones que antes eran automáticas se vuelven confusas o se omiten con frecuencia, puede indicar un deterioro en las funciones cerebrales que requiere ser evaluado.
2. Echas de menos tus compromisos habituales: Otro indicio importante es dejar de cumplir con compromisos habituales. Cuando una persona comienza a descuidar actividades que antes disfrutaba o que eran parte de su rutina -como asistir a reuniones o encuentros familiares- sin una razón clara, puede deberse a más que simple distracción. Esta falta de interés o desconexión con sus responsabilidades puede estar relacionada con un deterioro cognitivo y no debe pasarse por alto.
3. Tu personalidad o estado de ánimo cambian: Los cambios en la personalidad o el estado de ánimo también pueden ser una señal de advertencia. Si alguien empieza a mostrarse más irritable, retraído, agresivo o emocionalmente inestable, y estos cambios se mantienen en el tiempo sin una causa aparente, podrían estar ligados a alteraciones en el funcionamiento cerebral.
4. Pierdes pertenencias importantes: Perder pertenencias importantes de forma recurrente es otro aspecto a tener en cuenta. Todos podemos extraviar cosas de vez en cuando, pero cuando se trata de objetos de gran valor emocional o práctico -como la billetera, las llaves del coche, el anillo de matrimonio o tarjetas bancarias- y ocurre con frecuencia, podría ser un signo de alerta.
5. Repites ciertos diálogos o preguntas: La repetición constante de preguntas o historias también es un comportamiento que merece atención. Aunque algunas personas tienden a contar anécdotas varias veces por costumbre, cuando se trata de una novedad en su forma de comunicarse y lo hacen de manera insistente, puede indicar problemas en la memoria reciente.
6. Te pierdes en lugares familiares: Perderse en lugares conocidos puede ser una señal de que la memoria visoespacial podría estar comprometida. Si alguien que antes se desplazaba sin problema dentro de su vecindario o manejaba rutas familiares empieza a desorientarse y no puede recordar cómo regresar a casa, esto puede requerir atención médica, ya que no se trataría de un olvido pasajero.
7. Un familiar desarrolló un tipo de demencia a una edad temprana: Los antecedentes familiares también juegan un papel relevante. Si un familiar cercano desarrolló demencia o Alzheimer a una edad temprana, y una persona empieza a experimentar síntomas similares en ese mismo rango de edad, es fundamental prestar atención. Aunque no todos los casos son hereditarios, existe una predisposición genética en algunos tipos de demencia, por lo que se recomienda una evaluación médica preventiva.
En resumen, cualquier persona que presente dificultades para realizar tareas habituales, cumplir compromisos, cambios en la personalidad, extravíos frecuentes de objetos importantes, repeticiones en el habla, desorientación en lugares conocidos o antecedentes familiares de demencia temprana, debe consultar con un especialista. Estos signos no implican necesariamente un diagnóstico, pero son indicadores clave que ameritan una conversación seria con un profesional de la salud para descartar o detectar a tiempo cualquier condición neurológica.
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