El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, habló en Espacio Vital de un reciente estudio que revela cómo la memoria de un ser viviente está íntimamente relacionada con la ingesta de alimentos.
Una reciente investigación publicada en la revista médica Nature Metabolism ha dado luces sobre cómo la memoria de un ser viviente está íntimamente relacionada con la ingesta de alimentos. Aunque este vínculo parece algo intuitivo, el hecho de haberlo revelado científicamente es significativo.
En este estudio, un equipo de investigadores analizó el cerebro de un grupo de ratones y descubrió que en el hipocampo, una región esencial del cerebro, existen células especializadas que reconocen dos tipos de memoria: la memoria del azúcar y la memoria de la grasa. Para profundizar en este fenómeno, los investigadores decidieron silenciar temporalmente esas células, lo que provocó que los ratones dejaran de reconocer el azúcar, ya que su memoria asociada a este alimento desapareció.
Sin embargo, cuando los científicos reactivaron esas células, los ratones, que previamente habían dejado de consumir azúcar, volvieron a mostrar interés por él, recuperando así su memoria del azúcar. Un proceso similar ocurrió con las grasas, demostrando cómo la memoria de estos alimentos influye en los comportamientos alimentarios de los ratones.
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, indica que este estudio resulta interesante, porque demuestra que la memoria de lo que comemos está almacenada en el cerebro, lo que abre un abanico de aplicaciones prácticas en el futuro. Una de ellas es la neuro modulación, ya que se ha visto que las señales relacionadas con la memoria alimentaria viajan a través de un nervio que conecta el cerebro con los intestinos. Esto lleva a los científicos a preguntarse si, en el futuro, será posible manipular este nervio para controlar el apetito en los seres humanos.
Otra posible aplicación es en las intervenciones farmacológicas: se podrían desarrollar medicamentos que regulen el funcionamiento de las células que están a cargo de la memoria del azúcar y de la grasa, ayudando a controlar los antojos desmesurados y la tendencia de algunas personas a abusar de estos alimentos. Además, esto podría ser clave para las intervenciones dietéticas, ya que permitiría controlar mejor la exposición a estos tipos de alimentos.
"Es fascinante que se haya descubierto que la memoria de estos alimentos está profundamente localizada en el cerebro y eso es lo que determina tu consumo", dijo el Dr. Huerta en Espacio Vital.
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