Se trata del compuesto avocatin b, el cual se dirige selectivamente a las células madre del cáncer, impulsoras de la enfermedad y culpables de recaídas.
Una investigación de la Universidad de Waterloo (Canadá) ha descubierto un lípido presente en la palta capaz de combatir la leucemia mieloide aguda (LMA). Se trata del compuesto 'avocatin b', el cual se dirige de forma selectiva a la raíz de la enfermedad, las células madre de la leucemia, impulsoras de la enfermedad y culpables de las recaídas.
Para determinar cómo funciona este medicamento a nivel molecular, los investigadores realizaron muchas pruebas y análisis, logrando comprender que este compuesto se dirige selectivamente a las células madre del cáncer, preservando las células sanas.
Según Pablo Spagnuolo, autor principal del estudio que ha sido publicado en 'Cancer Research', este fármaco derivado la palta podría aumentar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes.
Los investigadores ya han presentado una solicitud de patente para el uso del compuesto avocatin B, para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda.
Cabe recordar que la leucemia mieloide aguda es una enfermedad que suele ser mortal a los cinco años del diagnóstico en el 90% de las personas mayores de 65 años. Actualmente existen pocos tratamientos farmacológicos disponibles para los pacientes que se dirijan a las células madre de la leucemia.
Efecto selectivo
"El avocatin B no solo elimina el origen de la LMA, sino que al tener un efecto selectivo hace que sea menos tóxico", dice Spagnuolo, aunque reconoce que todavía faltan años para que se pueda usar en pacientes, aunque ya se están llevando a cabo experimentos para iniciar ensayos clínicos en fase I.
Según el experto, existen múltiples aplicaciones potenciales para el avocatin B más allá de la oncología, y el fármaco es solo uno de varios compuestos prometedores que Spagnuolo y su equipo han aislado a partir de una biblioteca de nutracéuticos (alimentos que se proclaman como poseedores de un efecto beneficioso sobre la salud humana).
"La evaluación de un nutracéutico como un posible medicamento requiere un análisis a nivel molecular en profundidad que proporciona una comprensión más detallada de cómo funcionan, lo que significa que podemos reproducir los efectos de una manera más precisa. Y esto es fundamental para trasladar de forma segura nuestro trabajo de laboratorio a un fármaco fiable que se puede utilizar en pacientes con cáncer", explica Spagnuolo.
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