Las familias se han visto implicadas en el gran reto de construir la casa como la nueva escuela ante el nuevo tiempo de virtualidad y repensar de la educación, puede que los padres sientan frustración al no tener las herramientas adecuadas para gestionar un buen aprendizaje.
Este tiempo de confinamiento trajo consigo un cambio brusco a las rutinas que ya teníamos establecidas con nuestros niños y niñas. Las escuelas cerraron y en el ámbito educativo nos enfrentábamos a un acercamiento a la virtualidad tanto maestros, padres y niños. Todos iniciamos una nueva adaptación que generaría distintas emociones.
Las familias se han visto implicadas en el gran reto de construir la casa como la nueva escuela ante el nuevo tiempo de virtualidad y repensar de la educación, puede que los padres sientan frustración al no tener las herramientas adecuadas para gestionar un buen aprendizaje.
Por ello, Evelyn Llatas, licenciada en Educación Inicial, nos brinda cinco recomendaciones que los padres deben tener en cuenta para mejorar la educación emocional de los niños.
1. Identificar y expresar las emociones: Es importante que los niños puedan descubrir e identificar la emoción que sienten, para que luego con ayuda del lenguaje lleguen a verbalizarlas al adulto. Es recomendable utilizar cuentos sobre las emociones, canciones, títeres o juegos de gestos para diferenciar una de la otra.
2. Representar la emoción: Si el niño o la niña no tienen clara una emoción, es recomendable representarla de manera artística. Acompañando ello, con preguntas como ¿Por qué es de ese color? ¿En qué momentos aparece esa emoción? ¿Qué te ayudaría a estar mejor?
3. Crear un espacio de calma: Todos necesitamos un tiempo a solas. Por ello, es recomendable crear junto a los niños espacios de calma. Escoger un lugar de la casa y volverlo acogedor, conversen y coordinen los acuerdos para usarlo.
4. Rueda de opciones: Crear una rueda con las diferentes opciones de actividades que pueden realizar cuando sientan una emoción es una herramienta muy buena. Por ejemplo, si el niño o la niña se siente molesto (a) puede revisar en su rueda de opciones que acción le hace sentir mejor: abrazar un peluche, jugar con la plastilina, respirar, etc.
5. Valida sus emociones: Hemos crecido bajo la idea que existen emociones positivas y negativas. Sin embargo, todas nuestras emociones son válidas. El enojo es una reacción a algo que no nos gusta, el miedo muchas veces es una emoción de alerta. Es recomendable escuchar, validar y sostener cada emoción que el niño y la niña pueda sentir. Sólo así permitiremos un desarrollo de la inteligencia emocional respetuoso.
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