El atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York dejó efectos en las personas pueden durar meses o incluso años y generando la denominada “cultura del miedo”.
Vivir bien
El primer efecto (onda), la vivencia directa de los ataques, causa el denominado estrés post traumático.
Se cumple un año más en el que recordamos el atentado del 11 de septiembre en las Torres Gemelas. Es necesario recordar que la depresión, ataques de pánico, ira y agresividad pueden ser algunos de los primeros efectos que produce un atentado terrorista en las víctimas directas y sus familiares. Una situación vivida por los peruanos durante la década de los 80 y los 90 en el país a causa del conflicto interno que vivía la sociedad. Sin embargo, la ciencia explica que no solo los afectados por la violencia tienen secuelas psicológicas sino que el problema es transgeneracional.
El psiquiatra Humberto Castillo explica que el primer efecto (onda), la vivencia directa de los ataques, causa el denominado estrés post traumático.
“Cuando eres víctima se complica el estado inicial de las personas: la reacción de miedo intenso inmediato y la parálisis del sistema de miedo. Este último puede manifestar complicaciones después de días o semanas, a causa de la re-experimentación de la situación traumática, ya sea en los sueños o en los recuerdos y volver a vivir como si estuviera pasando nuevamente”, comenta.
Vivir bien
Los efectos en las personas pueden durar meses o incluso años. El tratamiento psicológico es necesario e imprescindible.
El segundo efecto (contagio) se da en las poblaciones que ven el atentado dentro de un ambiente conocido, ya sea en la misma ciudad o estado. Además, con la masificación de los medios de comunicación, este “contagio” amplía su rango de acción. El especialista comenta.
“Estas situaciones pueden activar casos de ansiedad latentes. Las personas de la misma sociedad pueden volver a repetir en su mente el momento, haciendo que se instale una cultura de miedo”, afirma.
Los efectos en las personas pueden durar meses o incluso años. Castillo resalta que la llamada “cultura del miedo” no deja que el estrés se supere.
“Se vive en un ambiente de inseguridad: la persona siente que en cualquier momento puede ocurrir un ataque y entonces hay como un estrés crónico prolongado. Para algunas personas ese estrés es adaptativo; pero en otros, es una ansiedad excesiva, incluso activa depresiones y moviliza a la persona por estar en un estado de inseguridad permanente”, finaliza.
Estos episodios difíciles pueden manifestarse con sentimientos de miedo, irritabilidad, desesperanza y con miedo del futuro. Si bien debemos recordar estos momentos para que no se repitan, no dejemos que el miedo no nos deje avanzar. Terrorismo nunca más.
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Si bien debemos recordar estos momentos para que no se repitan, no dejemos que el miedo no nos deje avanzar. La información es la mejor solución.
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