Estudio se realizó en más de 40.000 niños de edades que oscilan entre los 12 y 17 años. Mayor depresión, ansiedad y aislamiento son algunas consecuencias de la exposición excesiva a las pantallas.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de San Diego en California (Estados Unidos) descubrieron que existe una relación estrecha entre el consumo excesivo de la pantalla de dispositivos tecnológicos y los efectos negativos que se producen en la salud mental y emocional de los usuarios. En especial si son niños y adolescentes.
Los científicos que publicaron el artículo en la revista Reportes de Medicina Preventiva describen el “consumo de pantalla” como la acción de tener el rostro frente a una pantalla ya sea de un celular, una tableta, una consola de videojuego y la TV, explicó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta, durante el programa La Rotativa del Aire.
La metodología que se siguió en el experimento fue el análisis de datos de más de 40 000 niños, entre los 12 y 17 años, en los que se descubrió que el uso excesivo de la pantalla eleva sus índices de depresión y ansiedad.
También se descubrió que tener el rostro frente a una pantalla produce una mayor tendencia a la distracción, una menor estabilidad emocional, una mayor irritabilidad, una menor capacidad de socialización y promueve que los menores no acaben las tareas escolares.
¿CUÁLES SON LOS LÍMITES?
La investigación comprobó que si los menores pasan más de siete horas frente a una pantalla existen mayores efectos en su salud mental.
Entre las recomendaciones que brinda la Asociación de Pediatras de Estados Unidos para controlar los efectos del consumo exagerado de la pantalla en niños está que los menores de 5 años no deben pasar más de una hora frente a una pantalla.
“Los padres deben alentar el menor uso de pantallas y promover actividades al aire libre y de socialización”, dice Huerta.
Un dato importante de la investigación es que los efectos negativos mencionados son más pronunciados en adolescentes que en niños pequeños, y esto es porque los púberes usan más medios sociales.
“Ya se comprobó en estudios pasados que mientras alguien use más las redes o medios sociales se aíslan más y sus problemas emocionales son mayores”, precisó Huerta.
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