El gobierno brasileño usó un dron para ayudar a confirmar la presencia de un grupo indígena no contactado en las profundidades de la selva amazónica.
(Mongabay Latam) El gobierno brasileño utilizó un dron para ayudar a confirmar la presencia de un grupo indígena no contactado en las profundidades de la selva amazónica.
FUNAI, la agencia brasileña de asuntos indígenas, realizó una expedición a un área cercana a la frontera con Perú para confirmar la presencia de pueblos voluntariamente aislados a lo largo del río Juruazinho, que separa los territorios indígenas de Mawetek y Vale do Javari. El área es extremadamente remota: FUNAI dice que su equipo viajó más de 180 kilómetros en bote, automóvil y motocicleta, seguidos de 120 kilómetros a pie a través de la selva.
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En dos expediciones anteriores, FUNAI recolectó evidencia del grupo aislado, que incluía un hacha con una hoja de piedra, un instrumento hecho de corteza y canoas hechas de troncos de palmera ahuecados. Para confirmar la presencia del grupo sin invadir su territorio, FUNAI voló un dron sobre el bosque y fotografió cabañas y cultivos en medio de una sección de árboles talados. El dron también filmó a dos personas caminando, una de los cuales llevaba una lanza o palo, y varias personas más, incluidos niños.
Los dos territorios indígenas albergan una variedad de tribus, según FUNAI. El Territorio Indígena Vale do Javari, que con sus 85 000 kilómetros cuadrados es más grande que Austria, tiene varios grupos contactados: Matsés, Matis, Marubo, Kanamari, Kulina-Pano, Korubo (recientemente contactado) y Tsohom Djapa (recientemente contactado); y hasta 16 grupos aislados, de los cuales 11 han sido confirmados. El Territorio Indígena Mawetek, que abarca 1150 kilómetros cuadrados, está ocupado por el pueblo Kanamari.
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FUNAI emprende tales expediciones bajo su misión de proteger grupos indígenas aislados. Hoy en día, a estos grupos se les da oficialmente un amplio espacio en forma de grandes territorios para permitirles continuar viviendo de manera tradicional y protegerlos de la usurpación y la enfermedad que llevan los forasteros. Sin embargo, las incursiones ilegales en tierras indígenas por madereros, mineros, ganaderos, narcotraficantes y especuladores son un problema. La expedición más reciente del Río Juruazinho realizada por la FUNAI, por ejemplo, encontró cazadores ilegales cerca de Vale do Javari e invasores ilegales en el territorio Mawetek.
El artículo original fue publicado en Mongabay Latam. Puedes leerlo aquí.
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