Las decisiones financieras también tienen un componente emocional, por ello es necesario aprender a identificar y manejar adecuadamente las emociones para controlar nuestras finanzas.
Nuestras emociones influyen en todas nuestras decisiones, lo percibamos o no. Y esto incluye el manejo de nuestras finanzas, ya que la forma en que procesamos las emociones afecta nuestra capacidad de decisión.
Por ello, es necesario que analices tu relación con el dinero. Es decir, qué sientes, a qué le tienes miedo o “cómo reaccionas financieramente a ciertas situaciones”. “Cuando descubras los motivos detrás de tus decisiones financieras, será más fácil crear y ejecutar un plan financiero que esté diseñado a cumplir tus aspiraciones”, aconseja la web Finanzas Prácticas.
El manejo de las emociones ha sido estudiado y se le ha designado inteligencia emocional. David Goleman en su libro “Emotional Intelligence” describe este tipo de inteligencia como “la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar con sus emociones y las de los demás”.
Existen decisiones financieras que están reforzadas por nuestras conductas, es decir los hábitos que hemos adquirido y mantenido en el tiempo. Tales como el ahorro, la aversión al riesgo o la contención del gasto, entre otros. En estos casos, las emociones juegan un rol crucial y pueden impactar positiva o negativamente.
La clave no está en reducir la carga emocional de nuestras decisiones financieras, sino en descubrirlas, analizarlas y manejarlas. Lograrlo nos permitirá un manejo y análisis más cabal de las situaciones financieras por las que atravesamos.
Gestiopolis, es una web diseñada para servir a la sociedad a través de un entorno virtual que les posibilita compartir y adquirir conocimientos a las personas que desean desarrollar sus competencias personales y profesionales en los campos vinculados con la administración, la empresa y la economía. Esta web señala que desarrollar este lado de nuestra inteligencia nos permitirá obtener habilidades como la autoconciencia y la autorregulación. La primera implica conocer nuestras emociones y cómo nos afectan, mientras que la segunda habilidad trata sobre la forma de ejercer control sobre sus propias respuestas para perseguir metas y vivir de acuerdo con normas. Es decir, conocer nuestras debilidades e impulsos para valorar nuestras decisiones económicas.
Otras habilidades que adquirirás son la motivación, que es la capacidad de alentarnos para alcanzar nuestras metas, y la empatía, es decir aquella capacidad para identificar los sentimientos de otros y ponerse en su lugar, así como habilidades sociales para una mejor comunicación o manejo de conflictos.
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