Lavarse las manos con agua y jabón es la mejor arma contra la transmisión de virus, bacterias y gérmenes que causan diversas enfermedades. Practica este hábito de manera frecuente.
Los gérmenes, virus y bacterias se encuentran en el suelo, aire, el agua, los animales y las personas. Están presentes en cada cosa que tocamos y tal parece que no podemos librarnos de ellos.
Las manos son el principal vehículo de transmisión de estos microbios. Por eso, lavarse las manos es uno de los hábitos diarios más importantes para prevenir muchas enfermedades respiratorias y diarreicas, según el Ministerio de Salud.
En la lista de enfermedades que se transmiten a través de las manos figuran la influenza, neumonía, tifoidea, enfermedad diarreica aguda, el cólera, parasitosis intestinal, hepatitis A, conjuntivitis e infecciones en la piel.
Aunque nuestras manos parezcan limpias eso no significa que estén libres de virus o bacterias. Por ello, es necesario destinar varios momentos al día para lavarnos las manos con agua y jabón. Es importante hacerlo antes de comer, después de ir a los servicios higiénicos y antes y después de manipular alimentos.
También es necesario lavarse las manos luego de usar el transporte público, tocar a nuestras mascotas y haber estado en contacto con personas enfermas, principalmente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) debemos tardar por lo menos 40 segundos en lavar las manos con jabón. El modo correcto de hacerlo es el siguiente:
- Moja las manos con agua limpia.
- Aplica una pequeña cantidad de jabón.
- Fuera del agua, frota las palmas entre sí.
- Frota los dedos y los espacios entre ellos.
- Frota las uñas contra las palmas.
- Frota el dorso de cada mano.
- Enjuaga con agua corriente limpia.
- Seca tus manos con una toalla
Si no hay agua ni jabón disponibles, puedes usar un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga como mínimo un 60 % de alcohol. Estos desinfectantes llegan a reducir rápidamente la cantidad de microbios en las manos en algunas situaciones. Pero no eliminan todos los tipos de microbios, por lo que no reemplazan el lavado de manos.
Recuerda que el tiempo que destines a este hábito de limpieza evitas que los microbios de otras personas y ambientes entren a tu cuerpo o que, desde tus manos contaminadas, pasen a tu familia, amigos o compañeros de trabajo.

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