Cada segundo más de 200 kilos de basura va a parar a los océanos. Los peces, mariscos, la sal y hasta el agua que consumimos a diario tienen microplásticos que podrían afectar nuestra salud.
¿Qué pasa con el plástico que usamos a diario? Las bolsas, botellas, cucharas, sorbetes y desechables de un solo uso tienen cuatro posibilidades de dónde terminar luego de ser utilizados: ser incinerados, ser reciclados, terminar en un vertedero o llegar a los océanos. Precisamente este último es uno de los más afectados con la contaminación. Si lo ponemos en números, encontramos que cada segundo más de 200 kilos de basura va a parar a los océanos, afectando la vida de muchas especies marinas.
Si has visto imágenes de algunas de las 5 islas de basura que hay en el mundo, debes saber que eso solo es la punta del iceberg. Greenpeace indica que de toda la basura que llega a los océanos, apenas el 15% queda en la superficie (lo que podemos ver en fotografías), otro 15% queda en la columna de agua y el 70% queda en el fondo. Se han encontrado residuos incluso a 10. 000 metros de profundidad en el mar, siendo principalmente microplásticos.
Microplásticos: ¿Qué son y cómo se producen?
Además de encontrarlos en las islas de plástico, también están presentes en las áreas litorales, sobre todo en regiones con mucha población que tienen sistemas de gestión de residuos inadecuados, pesquerías intensivas o turismo elevado.
Pero ¿Qué son realmente? Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico menores a 5 mm que existen incluso desde los años 70. Según WWF, aunque los macroplásticos (artículos de desecho grandes como bolsas, colillas de cigarrillos, globos o botellas) son la forma más visible de contaminación plástica, son los microplásticos los que más afectan a la vida marina.
WWF explica que hay tres formas en que se producen los microplásticos: pueden aparecer directamente en el mar cuando los desechos plásticos grandes que flotan reciben la radiación UV del sol, esto junto con el viento y el oleaje, hace que se dividan en partículas más pequeñas.
Del otro lado, están aquellos que se fabrican por las industrias especialmente como exfoliantes y aditivos para jabones, cremas, geles y pastas dentales. Una tercera forma de producirlos es a través del polvo de neumáticos, así como al lavar ropa con fibra sintética.
¿Cómo nos afectan los microplásticos?
Al año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de la basura plástica que hay en el mar, siendo las principales causas:
- Se enredan con hilos de pescar, bolsas y tapas. En todo el mundo se han encontrado 344 especies atrapadas en plásticos, según IBID.
- Comen plancton contaminado con microplásticos.
- Confunden las pequeñas partículas con comida. De hecho, el 90% de las aves marinas del mundo tiene fragmentos de plásticos en el estómago.
- La ingestión de plásticos puede generar bloqueos intestinales, úlceras, perforaciones y heridas.
Diversas investigaciones han encontrado que el plástico libera hasta 30 veces más contaminantes cuando está presente en el tejido corporal (en los intestinos) que cuando está en el agua de mar, por lo que existe mayor riesgo de intoxicación y problemas internos.
Todo esto nos afecta de manera directa también, pues la fauna marina afectada va directo a nuestra mesa. Si amamos el arroz con mariscos, debemos saber que estos tragan unas 11.000 partículas de plástico al año, según un estudio de la Universidad de Gante (Bélgica). Los peces como la anchoveta que se usan para preparar platos marinos también traen consigo estos pequeños residuos plásticos que nos afectan a diario.
Los microplásticos no afectan solamente la vida marina, sino también el aire, el agua que sale por nuestros caños e incluso llegan a afectar la calidad de la sal. Estudios de Greenpeace y la Universidad Nacional de Incheon señalan que más del 90 por ciento de las marcas de sal que comemos contienen estos residuos plásticos. Si contamos que la ingesta recomendada de sal por la OMS es de 5 gramos diarios, una persona ingiere un aproximado de 1.000 microplásticos cada año.
Todo el componente tóxico de estos plásticos puede generar diversos problemas fisiológicos que generalmente tienen que ver con los intestinos, el estómago y el sistema digestivo.
¿Cómo detener todo esto? Las industrias tienen que empezar a usar menos plástico para los productos que desarrollan y las personas deben reducir el consumo en su vida diaria reemplazándolo por productos eco amigables. Además, acciones estatales como la llamda "Ley del Plástico" también contribuyen a que se regule formalmente el uso en empresas. Así no solo la vida marina será más saludable, sino que nuestra propia vida también.
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