Esta herramienta mide la liquidez de una empresa y es clave para la toma de decisiones.
El flujo de caja es un informe financiero que presenta el detalle de los ingresos y egresos de dinero que tiene una empresa, en un período determinado. A partir de este informe podemos conocer de manera rápida la liquidez de la empresa y tomar decisiones más certeras.
Por ejemplo, con la data del flujo de caja podemos anticiparnos a futuros déficit o superávit. A partir de esa información, lo ideal es buscar la financiación más conveniente o colocar el excedente en inversiones rentables. También permite establecer una base sólida para sustentar la solicitud de créditos, como parte de un plan de negocios solvente.
Anticipar las ventas de un período sirve para ajustar los pedidos solicitados a los proveedores y el proceso de fabricación de los productos. De este modo, se evitarán ciertos costes de producción y almacenamiento adicionales que podrían no ser recuperados.
A manera de ejemplo ten en cuenta que entre los ingresos a consignar están las ventas, el cobro de deudas, alquileres, intereses de préstamos, etc., mientras que en los egresos figuran el pago de facturas, el pago de impuestos, amortizaciones de deuda, etc. La diferencia entre ambos conceptos constituye el flujo neto, indicador de gran importancia para medir la liquidez de toda la compañía y determinar la viabilidad de un proyecto empresarial, según el consultor empresarial Diego Lorenzana.
Por último, cabe indicar que esta herramienta mejora además la rentabilidad de un negocio, ya que posee la información esencial para actuar frente a emergencias o inconvenientes. Por el contrario, su mal manejo tiene serias consecuencias para la empresa como descrédito, altos sistemas de financiación y hasta la quiebra si es que el mal manejo se mantiene con el tiempo.
Comparte esta noticia