El machismo es la raíz central de la violencia de género. Cuando un niño o una niña se desarrolla en un ambiente familiar agresivo y machista tiene más probabilidad de normalizar la violencia.
La violencia de género es una realidad que las mujeres enfrentan a diario, ya sea a través de agresiones físicas y verbales hasta estereotipos de género que se normalizan y utilizan a diario. La principal causa de violencia contra la mujer recae en un problema sociocultural: el machismo, el mismo que empieza a gestarse desde casa. Según Datum Internacional, el 74% de la población considera que el Perú es una sociedad machista.
Pensar que las niñas no pueden jugar fútbol o pensar que los niños no pueden practicar ballet es una idea basada en el machismo que afecta directamente en el desarrollo de nuestros hijos e hijas y que moldea su forma de actuar en la sociedad.
De igual manera, pensar que las mujeres deben encargarse solo de las labores del hogar, mientras que los hijos están libres de hacerlo, es una forma de machismo y violencia simbólica que puede resultar en casos futuros de violencia física. De hecho, según datos del MIMP, las mujeres de 12 a 19 años dedican más de 23 horas a actividades del hogar, mientras que los hombres en el mismo rango de edad apenas poco más de 13 horas.
¿Cómo afecta el machismo doméstico a los niños y niñas?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hombres que han estado expuestos a escenas de violencia doméstica contra sus madres y a normas diferentes para cada sexo son más proclives a cometer actos violentos pues llegan a creer que tienen derecho sobre las mujeres.
De igual manera, las mujeres que han estado expuestas a actos de violencia en casa, donde había privilegios masculinos, corren un mayor riesgo de ser víctimas de violencia de pareja cuando crecen, ya que asumen como normal actitudes machistas que refuerzan la errónea idea de que la mujer vale menos que el hombre.
Sobre esto, la psicóloga Andrea Carrillo Lock indica que, cuando un niño o una niña se desarrolla en un ambiente familiar agresivo tiene más probabilidad de asumir que la violencia es una opción válida y socialmente aceptada para solucionar conflictos. Así, los niños y niñas que crecen con ideas machistas son más vulnerables a ejercer o ser víctimas de violencia de género.
La consecuencia principal a futuro es la inseguridad, la cual puede desencadenar conductas agresivas similares a las que experimentaron durante su infancia. La OMS agrega que la violencia en casa (sea física o psicológica) también puede incrementar el consumo de tabaco, alcohol y drogas una vez que son adultos.
Sobre esto, Carrillo Lock indica que, si reforzamos mensajes machistas en el hogar delimitando los gustos que deben tener los niños y las niñas de manera diferenciada según los estereotipos de género que nuestra sociedad nos impone, construiremos hombres y mujeres que piensen que su lugar en el mundo ya está definido y no puede ser cambiado por más que piensen, sientan y tengan gustos distintos.
Agrega que mantener el machismo en casa además provoca que construyamos “hombres rígidos, que repriman y tengan temor a expresar sus emociones frente a los demás ya que se enseña que "un hombre no llora", y mujeres que piensen que "su labor está en la cocina", y no se animen a probar actividades distintas o incluso no se crean capaces de poder cambiar el mundo”.
¿Cómo educo a mis hijos e hijas en igualdad de género?
La OMS indica también que la exposición de los niños y las niñas a la violencia de pareja en casa también puede incluirse dentro de las formas de maltrato infantil, por lo que evitar el machismo es el primer paso para que los niños y niñas crezcan en un ambiente seguro, libre de prejuicios y de violencia.
Educar a los niños y niñas es vital para tener una sociedad más igualitaria y justa sin violencia de ningún tipo. Ten en cuenta estos consejos para educarlos en igualdad de género:
Escuchar y validar sus necesidades y gustos
Es importante no encasillar a los pequeños con ideas impuestas por la sociedad como que “hay juegos para niñas y juegos para niños” o que “el rosado es para mujeres y el celeste para hombres”. Como padres, debemos respetar y apoyar sus gustos, así como los intereses vocacionales que puedan tener a futuro, sin diferenciarlos ni minimizarlos por su sexo o género, indica Carrillo. Nada mejor que incentivarlos a hacer lo que más aman sin importar lo que dicen los demás, esto también fomentará su seguridad y confianza.
Enseñar a través del ejemplo
Los hijos e hijas repiten lo que ven de sus padres. Si ven maltrato en casa lo querrán repetir en su vida diaria. Debemos enseñarles que hombres y mujeres merecen un trato igualitario y siempre respetuoso. Con acciones concretas debemos demostrarles que los hombres no tienen ningún derecho a tratar mal a las mujeres y las mujeres no son menos capaces que los hombres.
Implicarlos en labores de hogar sin distinciones
Las tareas del hogar corresponden a todos los miembros de la familia. Es importante que los hijos e hijas vean que ambos padres colaboran con ellas. Debemos involucrarlos ellas y eliminar las creencias machistas acerca de los roles definidos para los hombres y las mujeres en las tareas domésticas. Se trata de fomentar un ambiente de equipo, en el cual todos colaboren en cualquier tipo de actividad.
Fomentar una actitud crítica
Cuando percibamos situaciones machistas o de desigualdad de género, debemos invitarlos a reflexionar sobre ello. Explicarles no es suficiente, ellos también deben aprender a cuestionar los estereotipos que se reproducen en los medios de comunicación o incluso con compañeros de colegio, agrega Carrillo. Todo esto fomentará que crezcan con una visión más igualitaria y completa, haciendo que cuando crezcan, sean capaces de identificar los diferentes tipos de violencia.
Recuerda que si eres víctima o testigo de algún tipo de violencia de género puedes denunciarlo llamando gratuitamente a la Línea 100. La indiferencia también es violencia.
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