Los microplásticos son partículas diminutas de plástico que son imperceptibles al ojo humano y ya han llegado a nuestros océanos e incluso al mar peruano.
En el 2018, el Foro Económico Mundial advirtió que la cantidad plástico en el océano será mayor a la cantidad de peces para 2050 si seguimos con nuestro modelo de consumo actual. Actualmente, se vierten un aproximado de 13 millones de toneladas de plásticos en el océano y este panorama puede empeorar por la presencia de microplásticos, de acuerdo a la Organización Marítima Internacional.
Los microplásticos son partículas de plástico que miden menos de cinco milímetros. Su tamaño es tan pequeño que, según el Ministerio del Ambiente (Minam), es imperceptible a la vista humana. Y, precisamente por ello, son altamente peligrosos, ya que pueden atravesar las membranas celulares del cuerpo y afectar la salud humana.
Microplásticos en el mar peruano
Joanna Alfaro, investigadora y docente de la Universidad Científica del Sur, explicó en el programa Conexión de RPP que la presencia de los microplásticos se determina en acciones cotidianas e involuntarias, como el dejar restos de plástico, en sus diferentes formas, en el mar o sus alrededores.
Agregó además que a nivel nacional no se conoce con exactitud la concentración de microplásticos en nuestro mar, pero a partir de una investigación han logrado identificar las zonas y especies en las que se encuentran presentes.
“En un proyecto regional sobre plásticos que involucra a Ecuador y Perú hemos detectado que hay microplásticos en los estómagos de peces y especies marinas que estamos consumiendo. Los hemos encontrado en algunas especies de peces como rayas, tiburones, invertebrados como pulpos y en tortugas y aves marinas”, sostuvo.
Y no solo en animales. La bióloga precisó que, a partir de otro estudio a nivel internacional, se ha advertido de la presencia de microplásticos en la sangre humana: “Hay un estudio reciente de unos investigadores fuera del país que indica que hay cantidades de sustancias que forman el plástico dentro del torrente sanguíneo. Y esto tiene implicancias en la salud humana, que es un tema muy delicado y por el cual deberíamos estar muy atentos”, señaló.
¿Cómo podemos reducir su impacto?
“Para que haya microplásticos en el mar tiene que haber ingresado el plástico como bolsas plásticas, botellas. A veces nosotros mismos dejamos, sin querer, una envoltura de helado cerca de la playa y el viento lo lleva hacia el mar. Con el pasar del tiempo, este plástico se degrada, se va rompiendo y estas partículas se convierten en microplásticos”, comentó Alfaro.
Desde el Minam adviertieron que pueden provocar riesgos en nuestro organismo como desórdenes de alimentación y reproducción, alteraciones en el metabolismo energético, cambios en la fisiología hepática y acción sinérgica o antagonista con otros contaminantes orgánicos.
Alfaro explica que, tanto para cuidar nuestra salud, proteger la fauna marina y conservar nuestra riqueza geográfica podemos sumar esfuerzos con acciones cotidianas: “Cuando vamos a la playa, cuando estamos en la calle: ¿qué hacemos con nuestros residuos? Llevarlos a la casa y hacer el manejo correcto de los residuos plásticos; es decir, colocar estos plásticos en el contenedor de reciclaje”, indica.
Agrega que, si bien debemos exigir acciones a las autoridades, también podemos cultivar buenas prácticas entre nosotros: “Si estamos en la calle y vemos a una persona que no está haciendo un manejo correcto de plástico como bajar la luna del bus y tirar la botella de plástico, tenemos que hablar con la persona. Por más embarazoso que resulte, yo creo que cuando un mensaje se da con la mejor intención, va a ser tomado de esa forma”.
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