El profesor ayacuchano, Melecio Tito Mamani, ha sido reconocido entre los 50 mejores docentes del mundo por el Global Teacher Prize, gracias a su innovación pedagógica y compromiso con las comunidades rurales.
La educación en el Perú enfrenta desafíos críticos, especialmente en las zonas rurales, donde factores como la pobreza, la falta de infraestructura adecuada y la desigualdad limitan el acceso a una enseñanza de calidad.
Según el Ministerio de Educación, para el 2025 se destinarán S/ 20 585 millones al sector educativo, una cifra que busca cerrar brechas históricas, pero que aún deja retos por superar. Por ejemplo, las evaluaciones internacionales como la Prueba PISA 2024 han evidenciado que más del 50 % de los estudiantes peruanos enfrenta dificultades para desarrollar habilidades clave como el pensamiento crítico y creativo, esenciales para desenvolverse en el mundo de hoy.
En este contexto, los docentes se convierten en pilares fundamentales de transformación, capaces de ir más allá para marcar una diferencia real en las comunidades que más lo necesitan.
Este es el caso de Melecio Tito Mamani, un maestro y director ayacuchano que, a través de su creatividad, compromiso y visión, ha logrado que una escuela rural se convierta en un ejemplo de innovación y esperanza, destacándose como finalista del prestigioso Global Teacher Prize 2025, considerado el “Nobel de la educación”.
Un docente que transforma vidas
Melecio Tito Mamani, director y docente de la Institución Educativa N.° 24218 en Ayacucho, ha dedicado su vida a transformar la educación en una de las regiones más vulnerables del Perú. Consciente de los retos que enfrentan las escuelas rurales, como la desnutrición infantil, el acceso limitado a recursos educativos y el abandono escolar, decidió implementar proyectos innovadores que abordan estos problemas de manera integral.
En 2015, Melecio lanzó el proyecto Poccoray, una iniciativa que combina seguridad alimentaria, sostenibilidad ambiental y aprendizaje práctico. Este proyecto incluye un huerto escolar y una granja de cuyes, lo que no solo garantiza una mejor nutrición para los estudiantes, sino que también los enseña a ser autosuficientes.
Gracias a esta labor, Poccoray ganó el primer lugar en el concurso de Buenas Prácticas Alimentarias del Perú y llamó la atención en eventos internacionales, como el 7.º Congreso Internacional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe.
Impacto que va más allá del aula
El impacto del trabajo de Melecio no se limita a la escuela. Durante la pandemia de COVID-19, desarrolló el programa Minutos Dorados, una iniciativa destinada a enseñar a los padres de familia habilidades básicas de alfabetización y aritmética para que pudieran apoyar el aprendizaje virtual de sus hijos. Este esfuerzo no solo mejoró los resultados educativos, sino que fortaleció los lazos entre las familias y la escuela, convirtiéndose en un modelo a seguir en comunidades rurales.
Además, Melecio ha integrado la sostenibilidad ambiental en el currículo escolar, enseñando a sus estudiantes prácticas como la gestión de residuos, la agricultura orgánica y la preservación de los recursos naturales. Incluso ha rescatado tradiciones culturales, como la danza Devotos de la Virgen de Poccorina, que ahora es un elemento destacado de las festividades locales, fortaleciendo el orgullo y la identidad cultural de la comunidad.
Reconocimientos que cruzan fronteras
El trabajo de Melecio también ha tenido un impacto significativo en sus colegas. Ha desarrollado un enfoque de enseñanza colaborativa llamado Yachachinapaq Pusanakuy, que fomenta la capacitación constante entre docentes. Este modelo fue reconocido con el primer lugar en el concurso de Buenas Prácticas Docentes del Ministerio de Educación. Como estudiante de por vida, Melecio ha obtenido un doctorado y dicta en universidades, inspirando a otros a ver la docencia como una profesión transformadora.
Melecio Tito Mamani no es ajeno a los reconocimientos. En 2019, recibió las Palmas Magisteriales, el máximo galardón que otorga el Estado peruano a educadores destacados. Ahora, como finalista del Global Teacher Prize 2025, su labor ha alcanzado una proyección internacional, poniendo en evidencia el poder transformador de la educación cuando está guiada por la pasión y la innovación.
El recorrido de Melecio es un recordatorio de que la educación puede ser una herramienta poderosa para cambiar vidas y comunidades, incluso en los contextos más desafiantes. “La educación no solo transforma a las personas, sino que también construye comunidades más fuertes y resilientes”, expresó en una entrevista para la organización del Global Teacher Prize.
Melecio Tito Mamani no solo representa a los docentes peruanos, sino también la capacidad del país para superar obstáculos y demostrar que la innovación y el compromiso pueden romper barreras, dejando huellas imborrables en el camino.
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