Aspectos como los estereotipos, los roles de género y el acoso político hacen que las mujeres cuenten con escasa participación y representación política. Rodolfo Benites, especialista en políticas públicas del PNUD, nos comenta cómo podemos cambiar este panorama.
Aunque las mujeres representan más de la mitad de la población en el Perú, cuando hablamos de política esta proporción no se ve reflejada. Ellas siguen siendo víctimas de estereotipos, discriminación y acoso en diversos espacios, incluido el político, lo cual disminuye sus oportunidades de participación plena y de alcanzar puestos relevantes para la toma de decisiones a nivel país.
Las mujeres peruanas pueden participar oficialmente de la política desde hace apenas 66 años, pues recién en 1955 se les reconoció el derecho a sufragar y a ser elegidas. El camino ha estado lleno de obstáculos, pero uno de los más persistentes tiene que ver con la discriminación estructural, los estereotipos y roles de género.
“A ellas se les sobrecarga con las tareas domésticas y de cuidado, mientras que a los hombres se les identifica con actividades de liderazgo, como la política. Ejemplo de ello es que las mujeres dedican el doble del tiempo a las labores domésticas y de cuidado, en comparación con sus pares varones, lo cual les resta oportunidades para actividades de formación, participación interna en sus partidos y actividades de campaña”, comenta Rodolfo Benites, especialista en políticas públicas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Aparte de los estereotipos, un estudio del PNUD en Perú también identificó sesgos de género en la sociedad. “Cuando se preguntó si los hombres son mejores líderes que las mujeres, una de cada cinco personas entrevistadas manifestó estar de acuerdo o muy de acuerdo”, menciona Benites. Junto con ello, las mujeres también enfrentan acoso político por parte de sus adversarios e incluso en sus mismos partidos, lo cual se refleja en acciones como la difamación o la burla.
La participación política de la mujer en cifras
Los datos mundiales de ONU Mujeres son contundentes: hay 119 países que nunca han sido presididos por mujeres (incluido Perú), solo el 21 % de ministerios a nivel mundial son integrados por mujeres y solo el 25% de los escaños en los congresos están ocupados por ellas; esto último muestra un lento incremento desde 1995, cuando apenas se alcanzaba el 11 %.
Si nos centramos en el Perú, las cifras tampoco son alentadoras. De acuerdo con Defensoría del Pueblo, luego de las elecciones de 2016 el Congreso elegido estuvo conformado por un 72 % de hombres (94 en total) y un 28 % de mujeres (36 en total). Aunque para el actual año electoral se logró un récord histórico con 49 congresistas electas mujeres, apenas representan un 38 % del total de legisladores, por lo que la representación sigue siendo baja.
Si a esto le sumamos la baja oportunidad y participación en espacios de participación ciudadana y en otros cargos de elección popular como alcaldías o gobiernos regionales, tenemos que las mujeres enfrentan una gran falta de representación, lo cual pone en peligro la igualdad de género en proyectos o programas sociales. Sin mujeres en estos espacios, aparece la carencia de una visión igualitaria que también tenga en cuenta sus necesidades y derechos.
¿Cómo promover la participación política de las mujeres?
Si bien en el mundo y en nuestro país hemos avanzado lentamente en el incremento de la participación de mujeres en política, aún existe una gran brecha que necesita ser cerrada. ONU Mujeres ya ha alertado que, si mantiene el ritmo actual de inclusión, la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará hasta en 130 años.
Por eso, es preciso trabajar en políticas públicas con enfoque de género, en hacer cumplir la Ley de paridad y alternancia, así como en fomentar la participación y formación continua de las mujeres. Para tener a más mujeres en política primero necesitamos romper con los estereotipos de género arraigados en la sociedad, para lo cual es indispensable tener una educación con enfoque de género.
Además, para el representante del PNUD, Rodolfo Benites, la promoción de la participación femenina no solo requiere de cambios normativos, sino también de procesos de sensibilización de la población y de las diversas instancias del Estado. “Algunas estrategias también consideran incentivos a través de cursos, fondos de subvención, estrategias que aborden políticas del cuidado, etc. para animar a más mujeres a participar en política”, agrega.
En esa línea, el PNUD ha resaltado que “alentar a más mujeres para que se conviertan en líderes ayudará a alcanzar una mayor igualdad de género”. Las niñas, las adolescentes y mujeres merecen vivir en un país con igualdad de oportunidades y derechos, lograr este objetivo es tarea de todos y todas. Creciendo en igualdad, mejoramos como sociedad. Mujeres de Cambio es una campaña organizada por RPP.
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