Hay seres en la naturaleza capaces de ponernos los pelos de punta. Y aunque algunos de ellos son fósiles a estas alturas, otros están vivitos y coleando.
(Agencia N+1 / Beatriz de Vera) Y no hablamos del tardígrado, la criatura que llena titulares midiendo menos de un milímetro y que tiene al mundo entero fascinado por su capacidad de supervencia y sus habilidades amatorias.
Además de este bicho, que no es especialmente agraciado, hay otros seres en la naturaleza capaces de ponernos los pelos de punta. Y aunque algunos de ellos son simplemente fósiles a estas alturas, otros están por ahí vivitos y coleando, a la espera de darnos un susto. Te presentamos una selección de los que han sido noticia recientemente.
Juego de Tronos en el fondo del mar
El fin de la misión Sampling the Abyss (probando el abismo), en la que un grupo de científicos de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO) se dedicó al estudio del ecosistema de las profundidades del mar, trajo consigo cerca de mil especímenes de fauna marina, la tercera parte eran desconocidos hasta ahora. Entre los peces capturados, se encontraron a los conocidos, pero poco estudiados, pez-gota, pez-sapo y pez-lagarto. Una de estas nuevas especies fue bautizada como Ophiohamus georgemartini en honor al autor de Juego de tronos, George R. R. Martin, debido a que las espinas del animal se parecen a las púas de la corona de la serie.
Este enorme animal varado en Indonesia
Una extraña criatura en estado de podredumbre apareció recientemente varada en las costas de una isla de Indonesia y al desangrarse volvió rojas las aguas marinas de sus proximidades. El monstruo, de 15 metros de largo, fue descubierto en Hulung, una playa de la isla Seram, en el archipiélago Malaku del país surasiático y fue vista por primera vez por Asrul Tuanakota, un local de 37 años, según lo reportado por el diario capitalino Jakarta Globe, que pensó erróneamente que se trataba de una embarcación encallada.
Un pichón de dinosaurio
Una investigación titulada Perinato y huevos de un dinosaurio 'caenagnathid' gigante del Cretácico superior de China central, realizada por expertos de chinos, canadienses y estadounidenses y publicada por la revista Nature Communications, da cuenta del hallazgo de los restos de una especie de saurio alado gigante hasta hace poco desconocido, muy similar a un ave, aunque de dimensiones que bien podrían alimentar una pesadilla.
La abundancia de huevos de dinosaurio del Cretácico Superior en la provincia china de Henan ha hecho que identificar las especies halladas en la zona resulte complicado, por la diversidad concentrada. El reconocimiento del Beibeilong sinensis (algo así como “el bebé dragón chino”) fue posible precisamente gracias a un embrión y varios huevos hallados de este oviraptorosaurio (saurios emplumados, antecesores evolutivos de las aves) de la familia Caenagnathidae.
Un depredador de tres metros, de hace 520 millones de años
La boca fosilizada de un bicho de 520 millones –que fue por mucho tiempo un misterio– pertenece a un depredador de 1.3 metros que además es muy parecido a Sarlacc, un temible carnívoro del clásico Star Wars, según una nueva investigación publicada en Paleonthology. El descubrimiento determina cómo fue la criatura llamada Pambdelurion whittingtoni, un pariente muy primitivo de los insectos modernos como arañas y crustáceos, conocidos colectivamente como artrópodos: algo parecido a un gusano con 12 patas gordas, con un sistema de aletas a lo largo de su cuerpo y una boca circular con varias filas de dientes. Un primor.
Un dragón bebé
El proteo es un anfibio de la especie de los caudados y, siendo una salamandra que sobrevive a grandes profundidades subacuáticas, ha recibido a lo largo de su vida expuesta a la ciencia una serie de calificativos, incluyendo el de dragones bebés. Aunque su origen de mitológico no tiene nada, el Proteo Anguinus, sin embargo, sí registra capacidades legendarias: puede vivir en aguas profundas hasta 10 años sin alimento, reduciendo su metabolismo al mínimo, como cuando escasean los moluscos y crustáceos que integran su dieta clásica. Como sus primas las salamandras de tierra, fácilmente pueden superar los 60 años de vida.
Reciente expediciones en los Balcanes occidentales e Italia han dado cuenta de que estos animales son buceadores extremos y viven a más de 100 metros de profundidad en lagos oscuros dentro de cuevas de piedra caliza. El espécimen en las fotos fue hallado a 113 metros por debajo de la superficie del lago Zagorska pec, en Croacia, siendo el hallazgo más profundo de un proteo jamás registrado.
Criatura alienígena
Esta horrible criatura que cabe en la palma de la mano de un hombre adulto parece haber atracado en nuestro planeta con una nave espacial a escala reducida, pero no te asustes. Se trata de la crisálida de un escarabajo Hércules que crece dentro de su capullo, llamativo por su aspecto nada amigable. Un cibernauta japonés ha compartido un video de la tercera etapa de la vida de este escarabajo, el momento en que la larva se “duerme” por 18 meses dentro de su capullo mientras se desarrolla para convertirse en un adulto con su propio exoesqueleto y sus características pinzas en forma de cuernos. Antes de este estado poco familiar, la larva atravesó tiempos duros excavando y comiendo madera cruda hasta concentrar la energía necesaria para hacer su concha.
Marsopa de dos cabezas
Una noticia que dio la vuelta al mundo hace poco la protagonizaba una criatura de dos cabezas, pero en este caso, no se trata de la mala leche creativa de la naturaleza, sino de una malformación. Un grupo de pescadores holandeses capturó en el Mar del Norte a dos marsopas comunes siamesas (Phocoena phocoena). Se trataba de dos crías recién nacidas ya muertas que estaban fusionadas prácticamente en su totalidad, con la excepción de sus cabezas. Los pescadores tomaron algunas fotos y temerosos de que el cadáver les trajera problemas (creyeron que sería ilegal mantener el espécimen a bordo), lo devolvieron al mar, aunque quedó el registro fotográfico. Más tarde, detalles de la especie fueron publicados en la revista Deinsea, del Museo de Historia Natural de Rotterdam.
Los siameses nacen muy rara vez (según estimados, 1 en 49 mil a 1 en 189 nacimientos) en personas. La mitad de ellos nace muertos y un tercio adicional no pasa de las 24 horas. También son conocidos casos en animales domésticos y de laboratorio: mamíferos, aves, reptiles en cautiverio y anfibios.
Comparte esta noticia