El telescopio solar más grande de Europa ha logrado estas reveladoras, pero también terroríficas tomas del Sol.
Investigadores han conseguido hacer tomas en primer plano de manchas en el Sol gracias a las tomas realizadas con el telescopio Gregor.
Este dispositivo, el más grande con estos fines en Europa, pudo acercarse lo suficiente para identificar características tan pequeñas como 50 kilómetros de diámetro, “el equivalente a detectar una aguja en un campo de fútbol a un kilómetro de distancia”, según un comunicado.
La óptica del telescopio sufre muchos de los mismos problemas que los usuarios de anteojos que tienen la prescripción incorrecta, lo que produce una visión borrosa. Estos problemas tienden a ser causados por problemas de fabricación relacionados con la construcción de los numerosos elementos del telescopio.
Uno de estos problemas era el astigmatismo, otro problema que afectaba tanto a la visión humana como a la telescópica. Lo eliminaron puliendo seis nanómetros de los espejos parabólicos masivos del alcance, o alrededor de 10,000 del diámetro de un cabello humano.
Gracias a las actualizaciones, el equipo pudo obtener una visión detallada de las misteriosas manchas solares del Sol, lugares extraños y relativamente fríos que salpican la superficie de nuestra estrella. Los campos magnéticos son muy fuertes en estas áreas, atrapando el calor en su interior.
Estas regiones de manchas solares son de gran interés para nosotros, porque están conectadas con las erupciones solares y eyecciones de masa coronal, un fenómeno que puede afectar a la Tierra.
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