La investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, ofrece una alternativa a la teoría más difundida sobre la formación del satélite, la del mega impacto.
(Agencia N+1 / Hans Huerto) Geofísicos del Instituto Weizmann y el Instituto de Tecnología Technion Israel propusieron una nueva hipótesis sobre la formación de la Luna. A diferencia del modelo tradicionalmente aceptado por la ciencia, basado en un gran impacto, los investigadores sugieren que fueron varios choques los que crearon alrededor de 20 lunas pequeñas, que luego se fundieron en la Luna actual.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista Nature Geoscience, se basan en simulaciones numéricas que sugieren que la Luna podría ser el producto de una sucesión de colisiones pequeñas. Cada una, de acuerdo con los autores (del Weizmann Institute of Science y del Technion Israel Institute of Technology), formó en su momento un disco de desechos cósmicos alrededor de la proto-Tierra (nuestro planeta en formación) que fue concretando micorlunas para que juntas conformaran la Luna.
Este modelo explica algunos aspectos de la formación de ambos cuerpos, la Tierra y su satélite, en que coinciden y se diferencias. Según los autores, este modelo explica la coincidencia de la composición isotópica de las rocas lunares y la Tierra. De acuerdo con la hipótesis tradicional, la proto-Tierra chocó con un cuerpo celeste con dimensiones comparables a Marte (llamado por la ciencia Teia). Esto dio lugar a la liberación de cantidades significativas de material en la órbita terrestre y aumentó a futuro en cinco veces la velocidad de rotación de la Tierra. Con el tiempo, hubo material adhesivo clástico en el lugar, que dio pie a la adherencia y la formación de la Luna.
El contra-argumento principal a esta hipótesis es la coincidencia inesperada de la composición isotópica de oxígeno, titanio y tungsteno en las rocas lunares y en la Tierra, que tendría que ser más bien diferente por la presencia de un tercer cuerpo en el choque (la llamada Teia). Estas composiciones son únicas en los cuerpos celestes en el sistema solar: por ejemplo, son diferentes para Marte y la Tierra. No sucede lo mismo entre nuestro planeta y su satélite.
En simulaciones por computadora, los científicos hicieron que la Tierra colisionara con objetos entre diez y cien veces menos masivos (lo cual habría ocurrido en un lapso de millones de años). Según los autores, la simulación de una colisión gigante da las proporciones isotópicas observadas solo en 1 a 2 casos de un centenar, y el modelo de colisiones múltiples da como resultado una probabilidad de coincidencia de las composiciones isotópicas de 10 en 100.
Además de la teoría del mega-impacto, existen otras hipótesis sobre el origen de la Luna. Por ejemplo, el modelo-Galimov Krivtsov. Según este, la Tierra y la Luna emergieron simultáneamente de las nubes de gas y de polvo que giraban rápidamente. Este modelo explica mejor la similitud de la composición isotópica de los cuerpos celestes, pero no explica el alto momento angular del sistema Tierra-Luna.
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