China ha enviado su último módulo para la construcción de la estación espacial Tiangong, que rivalizará con la ISS y que demuestra el gran avance del país asiático en este campo.
China ha tenido uno de los mejores avances en el campo astronómico durante los últimos años. De forma paralela a sus misiones a la Luna (a la cara oculta, específicamente) y a Marte, existe un programa vital para lo que marcará su futuro en esta ciencia: su propia estación espacial.
El 29 de abril, desde el centro de lanzamiento Wenchang, al sur del país, partió el módulo Tianhe (“Armonía celestre”) de la llamada estación Tiangong (“Palacio celestial”). Y el pasado 31 de octubre, Mengtian (“Sueño de los cielos”) ha llegado a completarla. ¿Qué significará Tiangong para los intereses asiáticos?
El inicio de una aventura astronómica
La física de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Vanessa Navarrete, quien dicta cursos de astronomía en su blog Hablemos del Universo, nos señala que China fue vetada de la participación en la Estación Espacial Internacional (ISS), lo que provocó que el país empiece su propia carrera rumbo al espacio.
“Lo principal (de tener una propia estación espacial) es el desarrollo científico y tecnológico que te condujo a ello. Cada país tiene que desarrollar su propia fórmula, el Perú lo hace. Este desarrollo genera nuevo conocimiento y patentes. Los chinos lanzaron dos estaciones previas de prueba, evaluaron, aprendieron de sus errores y aplicaron lo aprendido a esta última, un diseño modular parecido a la Estación Espacial internacional, pero más pequeño”.
“La estación espacial china es fundamental para el país oriental ya que tienen planes de ir hasta la Luna y más allá y para ello es necesario estudiar muchos aspectos de la vida en el espacio que, hasta ahora, no eran tan accesibles para los astronautas chinos”, añade el especialista en tecnología Fabio Baccaglioni, quien escribe en Fabio.com.ar.
El camino para cumplir este sueño ha sido más que difícil, pero el programa espacial chino está teniendo mejores oportunidades que incluso Estados Unidos en algunos aspectos.
“Mientras Estados Unidos lanza vuelos con empresas privadas como SpaceX ya que la NASA está destinando el dinero utilizado para lanzamientos propios a otros proyectos de exploración del universo, China depende enteramente de sí mismo en todos los aspectos”, comenta Navarrete. “China ahora tiene su propia estación. Tiene su propio lugar de lanzamiento en la Isla Hainan que quieren promover como atractivo turístico, tiene su tecnología, y tiene más recursos humanos trabajando que Estados Unidos”.
“La exclusión de China en la ISS hizo que el atraso para su carrera espacial fuera muy fuerte”, complementa Baccaglioni. “La Tiangong es mucho menor en tamaño y en participación, la ISS sumaba a muchas agencias espaciales, no solamente la NASA sino Roscosmos, la ESA, JAXA y más. Esa diferencia de presupuesto también ha ido de la mano de las posibilidades y las ambiciones. Aun así, el esfuerzo chino nace en una época donde la tecnología le permite más con menos”.
Con tecnología y experimentos del mundo
China está asumiendo el lanzamiento de Tiangong en un punto importante: la ISS está a punto de terminar sus funciones.
La NASA ha cambiado sus paradigmas y, aunque quiere extender la vida de su estación con SpaceX hasta finales de década, también está trabajando con empresas privadas para apoyarlas en su desarrollo propio y solo tener que alquilar sus naves para sus experimentos científicos.
Tiangong (también será conocida como CSS por sus siglas en inglés) será administrada por la Administración Espacial Nacional China (CNSA) en una órbita baja: a 340 y 450 kilómetros de la superficie.
Contará con una masa de hasta 100 toneladas y está compuesta por 3 módulos, donde se realizarán experimentos científicos en microgravedad: Su módulo central es Tianhe, seguido de Wentian y culminado con Mengtian. Las cargas serán enviadas bajo las naves Tianzhou.
Punto aparte merece su propio telescopio espacial: Xuntian, el cual será lanzado en 2024. “Van a lanzar un telescopio espacial que volará cerca a la estación por si necesita abastecerse de combustible”, aclara la física. “Esto solucionará problemas que fueron vistos con el Hubble y donde misiones de arreglo cuestan millones de dólares”.
Tiangong está capacitada para albergar tres taikonautas para vivir constantemente y poder realizar los experimentos. Incluso tienen a la primera taikonauta en su interior actualmente.
China está abriéndose en cuanto a experimentos en órbita. “Ha hecho una convocatoria para que otros países puedan presentar sus proyectos y entre ellos hay un peruano: The Mars Society Peru. Su proyecto es investigar el comportamiento de las bacterias en entornos espaciales como la microgravedad y radiación”, refiere Navarrete.
Este experimento, al que se añade "el desarrollo del equipo que mantendrá a las bacterias en un microambiente aislado y monitoreará su crecimiento", espera contribuir al conocimiento sobre la adaptación de microrganismos patógenos al crecer sobre superficies sólidas que asemejan a las superficies internas y externas del cuerpo humano.
“El desarrollo que ha hecho China se ha profundizado en los últimos 10 años. Están enfocados en generar más recursos humanos. Trabajan con las escuelas: realizan videoconferencias desde la estación espacial para generar el interés de los niños”.
“Lo siguiente será ir a Marte”.
Dudas y riesgos
China está avanzado a pasos agigantados, pero aún deja preguntas por contestar. La más próxima se ha evidenciado con las misiones de carga hacia Tiangong: los reingresos de desechos espaciales al planeta.
Durante cada lanzamiento con cohetes Larga Marcha 5B, siempre un pedazo de basura ingresaba a nuestra atmósfera sin un control adecuado. Esto pone en alerta cada cierto tiempo a todas las agencias espaciales del mundo.
"Cuando empiezas algo desde cero, te vas a equivocar, es parte del aprendizaje. China está trabajando mucho y eso se nota en el progreso exponencial que está mostrando. Hay un pequeño riesgo si hubiera fallos en los lanzamientos, pero ello aplica a todos, no solo a China, las probabilidades de impactar a una zona urbana son pocas por el poco porcentaje de área que estas ocupan en el planeta", refiere Navarrete.
Y a esto se suma el verdadero interés de publicar lo aprendido al mundo entero para sumar a la exploración espacial con la humanidad como un todo.
"En lanzamientos ya lo está (a la altura de países rivales), en capacidad tecnológica todavía está por debajo, Rusia ya ha quedado en el olvido y prácticamente no es un rival, China ya los superó hace tiempo, pero la NASA y la ESA están muy por encima ya que todo su sistema académico es abierto y con mucha participación de empresas y universidades públicas y privadas al mismo tiempo. Esa parte, la de la libertad de acción, es la que China no puede resolver por su sistema totalitario de gobierno que se extiende a la investigación espacial”, evidencia Baccaglioni.
“Como programa, China está avanzando a grandes pasos. Pero aún le falta la experiencia que posee Rusia y Estados Unidos. Dentro muy poco se convertirán en una máxima potencia”, finaliza la experta consultada.
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