Todos los días parecen soleados en Wall Street, lo que pareciera indicar que se acabó el invierno que trajo la COVID-19 en lo que ha sido uno de los más cortos “bear market” que hayamos visto. Si hay algo que ha sorprendido a muchos es cómo los índices de bolsa como el S&P500 siguen al alza, a pesar de las posibles consecuencias que esto podría atraer en el mercado y la evidencia irrefutable de que la economía en sí está teniendo un duro golpe. Sin embargo, ¿hay una razón por la que este índice sigue al alza, recuperándose y alcanzando niveles históricos inclusive en plena pandemia mundial de salud?
Es evidente que la forma de ver la situación por parte de operadores de bolsa no es la misma de consumidores y población en general. Los operadores miran los resultados y las empresas ganadoras de esta pandemia. En función de ello estructuran sus portafolios de inversión. La población, que permite que estos resultados se logren, mira con preocupación el futuro de ellos y sus familias, con niveles de incertidumbre muy grandes. ¿Es esta diferencia de perspectivas sostenible en el tiempo?
Para empezar, el gobierno estadounidense ha implementado trillones de dólares en estímulos para incentivar el consumo y reducir el impacto que la economía experimentaba, al mismo tiempo que la Reserva Federal otorgaba intereses cercanos a cero que hacían menos atractivas las inversiones en depósitos de ahorro o bonos, lo que convierte a las acciones en inversiones más atractivas. Sin embargo, estos estímulos que fueron dados en forma de paquetes han sido utilizados por los consumidores para adquirir productos de empresas que utilizan a diario, especialmente durante el confinamiento. Son precisamente estas empresas las que encabezan índices como el S&P 500, un índice que es balanceado por el valor de mercado de empresas como Amazon, Apple, Facebook o Alphabet, quienes han acaparado el mercado en tiempos de pandemia y que son lo suficientemente grandes para opacar lo que pasa con el resto. En lo que va del año, las cinco empresas más grandes han crecido cerca de un 37%, mientras que el resto de las empresas han caído un 6%.
Estamos presenciando una situación donde las empresas con mayor poder de mercado logran grandes beneficios, y su presencia es importante porque generan desarrollo e innovación para beneficio de los consumidores; el problema es que su poder de mercado permite ganancias extraordinarias a costa muchas veces de empresas más pequeñas que en este momento tienen como principal preocupación la sobrevivencia. Es momento de plantear este análisis y siempre con perspectiva de mercado ver cómo apoyamos a quien lo requiera realmente para la conservación y generación de empleo; las grandes empresas lo seguirán haciendo bien pero es momento de dejar de ver el S&P 500 y plantear el apoyo a los grandes generadores de empleo, que son las medianas y pequeñas empresas.
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