El 24 de mayo de 1940, día de María Auxiliadora, cerca de mil personas estaban congregadas en el templo de María Auxiliadora, en Breña, pues aquel día se celebraba la advocación mariana de los salesianos. A las 11:35 a.m. ocurrió un fuerte sismo, mientras el nuncio, Mons. Fernando Cento, rezaba el credo.
Según relata la crónica de un miembro de la comunidad salesiana, los asistentes reunidos sintieron “temblar violentamente la tierra, toda la iluminación eléctrica se apagó, un clamor general se mezcló al rabioso ruido del terremoto. Las bóvedas de la nave central comenzaron a agrietarse, cayendo terrones de calcinazos”.
“El nuncio, después de pedir calma, entra en pánico al punto que se arrodilla en el altar y comienza a implorar: “¡María Auxiliadora, sálvanos! ¡María, Misericordia, Señor!” Además, el templo estaba repleto y era el lugar con mayor concentración de personas en todo Lima”, explica el historiador de los salesianos David Franco.
Para Franco Córdova, autor del libro La Basílica de María Auxiliadora de Lima: Cronología (1916 – 2016), “este hecho se consideró como sobrenatural por haber ocurrido el terremoto en un lugar con gran aglomeración de personas, con daño estructural del templo y cientos de personas en pánico y ni un solo herido”.
El historiador también cuenta que la Arquidiócesis de Lima tomó este hecho como referente, al punto que al año siguiente el arzobispo propuso a la Santa Sede que la fiesta de María Auxiliadora se instaure no solo como fiesta de los salesianos, sino como fiesta de toda la Arquidiócesis de Lima.

Una basílica con cien años de antigüedad
El dos de mayo del 2021, este templo —que recibió el título de basílica en 1962 otorgado por el entonces papa Juan XXIII a pedido del arzobispo de Lima, Mons. Juan Landázuri Ricketts— fue declarado patrimonio cultural de la nación por ser una obra de homenaje nacional por el bicentenario de la independencia del Perú.
Hace cien años fue inaugurado este importante templo limeño con rango de basílica. La ceremonia de homenaje a la Iglesia de María Auxiliadora en Breña se realizó el 30 de julio de 1921 y asistieron el presidente Augusto B. Leguía, así como sus principales autoridades civiles y eclesiásticas del país.
“Al momento de la inauguración, la actual basílica no estaba concluida. No estaba ni siquiera techada, la torre de casi 60 metros tampoco estaba concluida. Esta obra se termina el 8 de diciembre de 1924, víspera del centenario de la batalla de Ayacucho”, explica Franco Córdova, historiador de la congregación salesiana.
Para Franco Córdova, éste es el único templo con rango de basílica construido durante la república y constituye un hito de la arquitectura religiosa del silgo XX en el Perú. Fue el arquitecto italiano, el P. Ernesto Vespignani, quien en 1916 diseñó en Lima los planos de un templo ecléctico que fusiona lo románico y lo bizantino.
“El modelo de Vespignani fue proponer una gran torre de 56 metros con un frontis central que va a difundirse y reproducirse posteriormente en Lima como la iglesia de Santa Beatriz de Lince, la iglesia de San Francisco de Barranco o el Santuario del Señor de Luren en Ica”, señala el historiador de la orden salesiana.
Además, Franco Córdova explica que esta basílica “es un elemento destacado en el paisaje urbano de Lima por ser la estructura más elevada de la ciudad hasta mediados del cincuenta, pero también por ser el principal exponente para la devoción a la virgen María en su advocación de auxiliadora de los cristianos”.
El también director del archivo histórico salesiano del Perú señaló que la imagen de la virgen María Auxiliadora, traída desde Barcelona en 1921, es una de las más hermosas del mundo salesiano. En el año del bicentenario, visitar esta obra arquitectónica puede ser un interesante destino que conocer en la ciudad de Lima.

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