Un problema social cada vez más recurrente en la sociedad japonesa es la de los llamados Hikikomori, jóvenes que se aislan en sus casas y evitan todo contacto personal con el mundo exterior.
La sociedad japonesa es muy avanzada en temas de ciudadanía, sin embargo hay casos donde su propia indiosincrasia termina generando problemas bastante graves de socialización. Este es el caso de los Hikikomori, jóvenes que tras una suma de decepciones o eventos traumáticos, deciden aislarse de todo contacto físico con el exterior encerrándose en sus habitaciones.
El término Hikikomori significa “aislamiento”. Fue acuñado por el psiquiatra japonés Saito Tamaki tras advertir la reclusión voluntaria de muchos jóvenes introvertidos o inseguros que sufren constantes frustraciones sociales o una decepción grande (que puede ser un fracaso académico, laboral o incluso amoroso). Esto desencadena el aislamiento de estas personas en sus habitaciones, la misma que puede durar meses y hasta años.
Según un estudio del gobierno japonés citado por CNN mas de medio millón de japoneses padecen este problema, que desde los años noventa es tratado como un tema de salud pública.
Los casos más extremos de hikikomoris son casos de personas que han estado recluídas hasta por 10 años o más, lo cual trae consigo un problema que no solo afecta al aislado, sino también a su familia. Los familiares deben lidiar con la carga de mantener a estas personas, que no realizan ningún tipo de actividad productiva. Esto genera desgaste y frustración, la cual termina afectando más al hikikomori generando un círculo vicioso.
La mayoría de hikikomori son hombres, debido a la presión social que recae mayoritariamente en la población masculina de Japón (expresado en el éxito académico y económico) y es distinta a las expectativas sobre las mujeres, según le explicó el profesor de neuropsiquiatría de la universidad Kyushu, Takahiro Kato a CNN.
Buscando ayuda
Al ser un problema masivo, la existencia de los hikikomori ha hecho necesario que se creen muchas formas para combatir esta situación. En algunos casos, los grupos de ayuda y la tutoría por parte de personas que han superado esta situación son las estrategias que tienen mejores resultados. En cualquier caso, la inacción no es una opción y las respuestas a este fenómeno requieren generar redes de apoyo, tal como lo menciona Kazuhiko Saito, director de psiquiatría del hospital de Kohnodai en Japón, en un artículo de la BBC.
A pesar de que la existencia de los hikikomori está muy ligada a la idiosincrasia japonesa, comienzan a aparecer casos en otras partes del mundo. Se han reportado ya mas de 200 casos similares en España, según un artículo de la psicóloga clínica Beatriz Estébanez. El preocupante problema ha cruzado las fronteras y la mejor forma de prevenirlo es fomentar la tolerancia a la frustración para poder aligerar la presión social que en tiempos de las redes sociales, pueden llegar a ser una gran amenaza a la salud mental.
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