Una resolución del Ministerio de Cultura publicada en el diario oficial El Peruano dispuso que el Lugar de la Memoria, la Tolerancia e Inclusión Social sea incorporado al listado de museos bajo la categoría de "lugares de memoria", como otros espacios similares ubicados en puntos emblemáticos del conflicto.
El Gobierno de Perú incorporó a su sistema nacional de museos el Lugar de la Memoria, la Tolerancia e Inclusión Social (LUM), el espacio en el que se recuerda el conflicto armado interno acontecido en el país entre 1980 y 2000 y reflexiona sobre sus causas y consecuencias actuales.
Una resolución del Ministerio de Cultura publicada en el diario oficial El Peruano dispuso que el LUM sea incorporado al listado de museos del Estado bajo la categoría de "lugares de memoria", como otros espacios similares de menor tamaño repartidos por el interior del país, en puntos emblemáticos del conflicto.
Hasta ahora el LUM, construido con fondos de la cooperación alemana e inaugurado en 2015, se encontraba bajo la administración del Ministerio de Cultura pero sin ser parte del resto de museos estatales que resguardan el legado cultural e histórico de la nación.
El cambio implica que el LUM esté gestionado por un director, que será el historiador Manuel Burga, exrector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), según anunció este viernes el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), Jorge Bracamonte, en un seminario en el mismo LUM. El asesor del Ministerio de Cultura Mauricio Zavaleta, quien hasta ahora estaba a cargo de la administración del Lugar de la Memoria.
El LUM se creó para constituir un espacio de memoria nacional que tiene por objeto presentar la historia de los hechos de violencia sucedidos en el Perú entre 1980 y 2000 con el propósito de reconocer y dignificar a las víctimas, entre ellas 69.000 muertos, según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
Presenta un recorrido por el conflicto armado interno en el que narra los atentados más atroces cometidos por los grupos subversivos Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) como las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas del orden en su misión por combatirlos.
También ofrece un contexto político y social de la época en la que se desarrolló el conflicto, como la aguda crisis económica e hiperinflación del primer mandato presidencial de Alan García (1985-1990) y la gran corrupción y prácticas antidemocráticas de su sucesor, Alberto Fujimori (1990-2000).
Sin embargo, el LUM es objeto de polémica por parte de sectores negacionistas próximos a las fuerzas armadas que no reconocen la existencia de centros y cuarteles donde se torturaron, ejecutaron y desaparecieron a miles de personas que hasta ahora permanecen en paradero desconocido o en fosas comunes ocultas. EFE
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