En el 2020 la caída de la demanda por las restricciones y el confinamiento generaron pérdidas masivas para las compañías petroleras más grandes del mundo.
La pandemia impactó fuertemente al mercado petrolero. Esta semana la compañía Royal Dutch Shell reveló que el 2020 le dejó pérdidas masivas de US$ 21,700 millones.
BP, el competidor británico de Shell, también anunció pérdidas de US$ 20,300 millones. En tanto el estadounidense ExxonMobil registró una pérdida anual de US$ 22,400 millones y Chevron perdió US$ 5.500 millones.
Los resultados evidencian que todo el sector fue devastado por el derrumbe del consumo de petróleo y gas ante la COVID-19, que paralizó la economía mundial durante gran parte del año pasado,.
Durante los primeros meses de confinamiento en el 2020, los precios del petróleo cayeron a sus niveles más bajos e incluso se desplomaron en terreno negativo a principios de abril, bajando a menos de US$ 0.
Más adelante los precios se recuperaron remontando hasta los US$ 50 el barril, pero siguen muy por debajo de su nivel de principios de 2020.
Ante esta situación las grandes compañías se ven obligadas a adaptarse a unos precios persistentemente bajos, lo que reduce el valor de sus activos.
Para Shell, hay una "significativa incertidumbre" en las condiciones macroeconómicas que pueden tener un impacto negativo en la demanda del petróleo, el gas y los productos derivados.
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