La inseguridad ciudadana obliga a los comerciantes a invertir en implementos de seguridad para sus negocios que están en la mira de los extorsionadores.
Las tiendas y bodegas se han consolidado como pieza fundamental en el comercio local. Según el informe “State of Grocery Latam 2024”, estos negocios representan el 72 % del mercado minorista peruano, destacándose como principales proveedores de productos de consumo diario en zonas urbanas y rurales.
Este crecimiento económico los ha puesto en la mira de la delincuencia, convirtiéndolos en blancos frecuentes de robos, amenazas y extorsiones que afectan tanto a los propietarios como a los consumidores.
Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, reveló a RPP que el miedo por sus vidas y la seguridad de sus familias ha llevado a algunos bodegueros a ceder ante los cobros de cupo.
“Ahora el cobro de cupos se da a diario, semana, quincenal y mensual. Los montos van entre los S/ 5 y S/ 1,000, dependiendo el tamaño de la tienda. La situación se sigue empeorando y a los bodegueros no nos queda otra que acceder a los requerimientos de la delincuencia”, manifestó.
Aumentan costos en las bodegas por medidas de seguridad
Entre enero y octubre del 2024, la Policía Nacional recibió un total de 6,117 denuncias por extorsión solo en Lima, según el Primer Reporte del Observatorio del Crimen y la Violencia.
Para evitar convertirse en una víctima más de la delincuencia, y ante la falta de presencia policial en algunos sectores, los bodegueros han optado por tomar sus propias medidas de seguridad, incrementando sus costos y por ende impactando en el precio de los productos.
“Los costos de atención al público se han incrementado porque realmente es adicionalmente a todo lo que es la atención que uno tiene que brindar. Para el bodeguero realmente estos costos le reducen su margen de ganancia, que es muy pequeño, entonces definitivamente hay muchas bodegas que también están con las justas para poder mantenerse operativas por estos altos costos de criminalidad”, señaló.
Por su parte, Esperanza Tafur, asesora de la Asociación de Mujeres Bodegueras del Perú y directora de Mypes Unidas del Perú, manifestó que para salvaguardar su integridad y la de sus clientes, algunas bodegas han reducido su horario de atención.
“Las bodegas al estar cerca al público son las va a golpeadas. Tenemos el problema de que ya no podemos vender hasta tarde porque es peligroso, nos tenemos que agenciar de algún tipo de seguridad como poner cámaras de videovigilancia porque es totalmente inseguro”, enfatizó.
En ese sentido, ambos representantes de los bodegueros exhortaron al Gobierno ha intensificar las políticas de lucha contra la criminalidad e inseguridad ciudadana, ya que este escenario desbordado significa, además, la disminución de ingresos para las familias.
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