Se autocalifica vedette y dice que las que dicen que lo son en realidad son incompletas
Ingrid Rivera, de 24 años de edad, está llamada a ser la nueva sensación del vedettismo en el Perú no sólo por su espectacular cuerpo y belleza sino también por su talento innato en ese campo. "Considero que en el Perú no hay vedettes, al menos de las nuevas, algunas sólo saben hacer escándalos para hacerse conocidas, ni siquiera tienen talento, ser vedette es una artista principal que trabaja en un espectáculo de variedades tanto en canto, baile como actuación", afirma la joven artista.
"La mayoría piensan que por salieron en televisión ya son vedettes y no es así, y en el tiempo que tengo mirando a las denominadas vedettes he notado que son incompletas, algunas podrían llamarse bailarinas, actrices, otras animadoras y otras prefiero no comentar. Vedettes son Betina Onetto, aún cuando es veterana mantiene su calidad y está vigente incluso admiro a Teddy Guzmán y a Analí Cabrera", agrega Ingrid Rivera.
Sin embargo Ingrid rescata algunas de las llamadas vedettes."Por los shows que he podido apreciar me gusta como baila Gladys Trocones y la animación de Malú de
Ingresa al vedettismo gracias a su coreógrafo. "Me inicié como asistenta de baile y bailarina de mi coreógrafo actual Daniel Guerrero, quien me animó a incursionar en el vedettismo pues vio en mi cualidades necesarias para ser un prospecto de vedette y como siempre me gustó el baile e interactuar con el público, me animé y acepte el reto, así que comenzó a prepararme y aquí me tienen", expresa.
Ella sintió la inclinación por el arte desde niña, cuando apenas tenía 8 años de edad, y solía participar en todas las actividades del colegio, sobre todo para bailar, iba al gimnasio, practicaba aeróbicos, steps, incluso ingresó a
Actualmente está soltera, prefiere los hombre delgados, blancos, más altos que ella y no le impresionan los musculosos, además se considera hogareña, no toma, no fuma, prefiere quedarse en casa viendo películas o jugando nintendo con su hermanito. Admira a Magaly Medina porque tiene muchas agallas, detesta a los futbolistas y más bien destaca a las voleybolistas que sí sacaron la cara por el Perú.
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