¿Cuántas personas silenciaron el estadio Maracaná de Río de Janeiro? El uruguayo Alcides Edgardo Ghiggia decía que solo tres: el papa, Frank Sinatra y él. Con su gol, la Celeste selló la remontada por 1-2 frente a Brasil y el 16 de julio de 1950 escribió una de las páginas más importantes en la historia del fútbol.
El memorable 'Maracanazo' de Uruguay en el Mundial de 1950 se convirtió en una gesta que trascendió lo imposible sobre el campo de juego hace exactamente 75 años.
Los goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Edgardo Ghiggia no solo sellaron el triunfo de la Celeste por 1-2 ante Brasil, sino que también abrieron paso a una historia que se transmite de generación en generación.
"Mucha gente en América y en el mundo lo toma como algo que parecía imposible y que se consiguió", explica a la Agencia EFE el periodista Alfredo Etchandy, integrante de la Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo.
Y añade: "Ese triunfo significó muchísimo y todos los uruguayos seguimos rememorando ese año, ese momento, esa victoria y todo lo que indudablemente significa haber salido campeón del mundo en Brasil".
Etchandy detalla, también, que 'Maracanazo' es un término acuñado en distintas partes del mundo y utilizado cuando se cree que algo es imposible y sin embargo se consigue, aunque nada tenga que ver con el fútbol.

Alcides Ghiggia anotó el tanto del triunfo para los charrúas. Fuente: difusión
El 'Marcanazo' excedió lo futbolístico
En diálogo con EFE, Eduardo Rivas, autor del programa 'Maracaná desde el alma' -distinguido por la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva en la categoría Documentales-, coincide con ello.
En ese sentido, dice que el 'Maracanazo' excedió totalmente lo futbolístico y recuerda que tuvo connotaciones de orden social "muy importantes" en Brasil, mientras que los jugadores uruguayos dejaron un mensaje establecido a través de los hechos sobre cómo debe ser el deporte.
Explica que, lejos de vanagloriarse o golpearse el pecho por lo que habían logrado, los futbolistas de la Celeste construyeron una amistad "muy sólida" y hasta los últimos días con sus rivales de turno, quienes sufrieron "un golpe durísimo" por no alcanzar el objetivo.
"Yo creo que se generó una relación como nunca antes ni nunca después se dio entre finalistas de una Copa del Mundo", detalla Rivas sobre el vínculo entre los futbolistas de ambas escuadras.
En el año 1963, varios de los brasileños que lo jugaron en Maracaná viajaron a Montevideo para disputar un encuentro que tenía como fin recaudar fondos para una obra social. Aquel día la Celeste se impuso por 4-1 en el estadio Centenario.
"Mantenían una vinculación y realmente hubo una amistad posterior a lo que significó esa final. Sobre todo con el tiempo, cuando pasaron algunos años. A algunos jugadores de Brasil realmente no les perdonaron el haber perdido", explica Etchandy.
Rivas no duda en indicar que el 'Maracanazo' es "una de las historias más hermosas" de los Mundiales.
"Más allá de un tema apasionante, Maracaná es una de las historias más hermosas, no solamente creo para nosotros los uruguayos, sino a nivel general de la historia de la Copa del Mundo. Es una de las historias que reúne desde el punto de vista deportivo la épica más grande por todo lo que rodeó el certamen en sí", sostiene.
Asimismo, recuerda varios diálogos que mantuvo con los jugadores uruguayos e indica que le decía a Ghiggia que de tantas veces que contaba cómo había hecho el gol que remontó el encuentro a los 79 minutos de juego corría el riesgo de un día fallarlo.
También rememora que Schiaffino era una persona "de perfil muy bajo" y que siempre contaba que cuando anotó había querido poner el balón contra el otro poste.
"Él te lo contaba y decía: 'Yo no le pegué bien a la pelota'. El colmo de la perfección, porque era él único que lo podía saber y si no se lo contaba a nadie no pasaba nada, pero hacía la aclaración", concluye.

Alcides Ghiggia, el héroe del 'Maracanazo' fallecido un 16 de julio
Héroe del 'Maracanazo' logrado por Uruguay el 16 de julio de 1950, el futbolista Alcides Edgardo Ghiggia falleció en Montevideo el 16 de julio de 2015, cuando se cumplían exactamente 65 años de la histórica gesta.
"No sé si fue un periodista quien dijo que solo los dioses pueden elegir el día de su muerte. Eso me quedó grabado", asegura a la Agencia EFE su hijo Arcadio.
Pasaron diez años del fallecimiento de quien decía ser una de las tres personas que silenciaron el Maracaná de Río de Janeiro, junto con el papa y el cantante Frank Sinatra.
Ghiggia marcó a los 77 minutos de juego el tanto con el que la Celeste remontó para conseguir el 1-2 final que lo convirtió el campeón del mundo.
Fue con un disparo contra el poste que pasó por debajo del cuerpo del portero Moacir Barbosa Nascimento y enmudeció a las casi 200.000 personas que estaban en el estadio.

Fotografía del 11 de julio de 2025 de Arcadio Ghiggia, hijo del exfutbolista uruguayo y campeón del Mundial de 1950 Alcides Edgardo Ghiggia, posando durante una entrevista con EFE, en Montevideo (Uruguay). ¿Cuántas personas silenciaron el estadio Maracaná de Río de Janeiro? El uruguayo Alcides Edgardo Ghiggia decía que solo tres: el papa, Frank Sinatra y él.Fuente: EFE
Un año antes de su fallecimiento, el 7 de abril de 2000, el guardameta aseguró en un programa de televisión: "La máxima pena para un crimen en Brasil es de 30 años. Yo pago por aquel gol hace 50".
"A papá le dolió mucho lo que le pasó a Barbosa", revela Arcadio, quien destaca la amistad y el compañerismo que existía no solo entre los jugadores uruguayos, sino también con los brasileños.
"Ellos se reunían todos los años, hacían comidas. Era un circulo muy cerrado. Cuando invitaban a los brasileños no se hablaba de fútbol, se hablaba de otra cosa. Era un vínculo de amistad, dejando de lado lo que había ocurrido en ese momento", detalla.
Arcadio cuenta que aún habla con la hija de Barbosa, quien -añade- se puso en contacto con él cuando falleció su padre hace diez años y le dijo que había sido "un pecado" no haber podido conocerlo.
Alcides Ghiggia, último superviviente del 'Maracanazo', murió el 16 de julio de 2015 mientras miraba un partido de fútbol por televisión en un centro hospitalario en el que había sido ingresado.