Elecciones de los titulares, desaciertos individuales, la generación de ataque como colectivo y la incidencia de Piero Quispe. Análisis de la derrota de la Selección Peruana en Bolivia que prácticamente sentencia el proceso de Juan Reynoso.
Tras el quinto partido de las Eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2022, también éramos últimos y apenas un punto. Con un calendario que se alteró debido a la pandemia y jugando contra los mismos rivales que en esta edición, la producción fue de un solo punto. La diferencia actual continúa siendo la de todas las jornadas de este año: lo que transmite el juego de la Selección Peruana, más cercana a verse superada que a darle vuelta a esta situación.
La cuarta derrota consecutiva de Perú en las Eliminatorias 2026, sin goles aún, estuvo marcada por los cambios que hizo Juan Reynoso. Contra Bolivia utilizó el sistema 1-4-3-3 y eligió una alineación con ocho nombres distintos respecto al que arrancó ante Argentina, en la que se incluyó los estrenos de Alexander Callens, Piero Quispe y Gianluca Lapadula.
Elecciones particulares en cada línea, que posteriormente se vieron retratadas por el partido. Carlos Zambrano, titular en La Paz, tras haber actuado solo 5 minutos en ciudades de altura este año y una forma física cuestionable, muy a pesar de su correcta presentación en Santiago. Renato Tapia, acierto de este periodo como zaguero, volvió al mediocampo, acaso un impulso del DT a partir de comenzar a jugar más en Celta. Y Lapadula, de 90 minutos en prácticamente los últimos cinco meses, cuando la otra alternativa era Paolo Guerrero y su actividad goleadora en Ecuador. Particular también resultó que el equipo busque al ‘9’ jugando directo, cuando el que cuenta con más virtudes en este aspecto se hallaba entre los suplentes.
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Sin soluciones colectivas
La conformación del equipo llevaba a considerar que Perú buscaría tener más el balón, generar sociedades con un mediocampo capaz de sostener los circuitos de pases e intentar correr menos para reducir los efectos de la altura. La bicolor cambió el comportamiento de dirigir más pases atrás que adelante, aunque principalmente en la primera etapa recurrió mucho a jugar alto para Lapadula y enviar servicios al espacio con los extremos.
Tanto Joao Grimaldo como Franco Zanelatto propusieron duelos 1vs1 al tener delante solo un rival como oposición. Grimaldo tuvo éxito solo en 2 de un total de 11 enfrentamientos, fue el que más intentó del cotejo. Zanelatto progresó en 3 de 7. Los intentos han sido recurrentes en las Eliminatorias, pero han sido mínimas las ocasiones de ataques que se concretan con la participación de los extremos.
El apostar más a las individualidades en campo de Bolivia se debió también al respaldo del eje central del equipo. Renato Tapia y Yoshimar Yotún con muchos desaciertos con la pelota, mientras que la dupla Callens y Zambrano tampoco transmitió seguridad, con grande responsabilidad en los dos goles concedidos. Tapia y Yotún fueron los que más contacto tuvieron con el esférico, aunque no siendo un pase seguro en muchos tramos. El capitán de Sporting Cristal convivió entre los errores para distribuir y el empujar hacia adelante, perdiendo en total 22 balones.
El desenvolvimiento del seleccionado estuvo también de la mano con el plan de Antonio Carlos Zago. Bolivia incomodó a Perú con faltas que dificulten la circulación de balón, con el detalle que estas no estén cercanas a las amonestaciones con amarillas o alejadas de su área. 16 infracciones en total cometió ‘La Verde’, número mayor al de sus últimos duelos y en el que igualmente estuvo en inferioridad en el manejo de balón.
El local encontró la espalda del medio peruano para abrir el resultado. Henry Vaca se movía detrás de Tapia dejando la banda, en la que Miguel Terceros fijaba a Marcos López para que el ex Universitario aparezca sin una referencia encima y cerca de Marcelo Martins ante los zagueros peruanos. El pase que filtra Ramiro Vaca encuentra igualdad numérica en el medio, pero prospera por el error de Zambrano de intentar anticipar, resuelto después por Henry ante la defensa sin convicción de esa jugada.
La descripción final es similar con el 2-0, la decisión para atacar sobre la pelota con decisión. Perú lanzado en ataque, contaba con ventaja numérica cuando Arrascaita encaraba a Callens. Tapia y Zambrano sin agresividad, no bloqueando el defensa el espacio de remate al confiarse por un fuera de lugar.
Piero Quispe, el hilo conductor
Dos veces remató la Selección Peruana directamente a portería, las primeras en toda la competición. Cuando Yotún saltó a la presión en campo contrario y le generó espacio a Marcos López para avanzar en la izquierda (centró para el cabezazo de Lapadula) y luego el tiro de zurda de Luis Advíncula, la ya muy característica en Boca Juniors.
Pero el equipo participó de forma más sostenida en campo contrario a partir de Piero Quispe, el punto más resaltante en La Paz. A pesar de tratarse de su debut en Eliminatorias, consiguió crecer en su rol de conductor con el transcurso del juego. Acompañando la presión, apareciendo para recuperar, engaños con el balón, traslados hacia adelante, cambio de ritmo y, para quien escribe, un detalle para valorar mucho: pase seguro.
De los futbolistas titulares de Perú, tuvo la mayor cantidad de acierto en los pases. Apenas falló dos de los 40 pases que intentó. Encaró 10 duelos y fue exitoso en 9 de ellos. Quispe es regate frecuente, de los que completó 4 de 5 intentos. La intención de acercar al equipo entorno a su figura permitió que a partir de los 65’ la visita crezca y Bolivia esté en su terreno no por esperar solo los contragolpes, sino porque Perú le llevaba a ello.
Alternando conexiones con Yotún y luego Sergio Peña cuando ingresó, la mejor acción por elaboración del equipo contó con él como director. Presión suya para forzar la pérdida y recuperación de Peña. Pisada de balón con aceleración y dribbling eludiendo a Justiniano, pared con Guerrero para luego habilitar a Bryan Reyna en el área.
Un mes atrás Juan Reynoso dijo que los futbolistas de la Liga1, consultado en específicos por los rostros nuevos, no son capaces de sostener 60 minutos en las Eliminatorias. Ayer Quispe, en La Paz, no dejó de correr y pedir el balón hasta el pitazo final.
Responsabilidad individual
El Perú de los extremos fue distinto con el ingreso de Bryan Reyna, que mostró una vez más ser capaz de desequilibrar rivales aún sin muchos espacios para su movilidad. Crecieron las incursiones desde la izquierda con su presencia, al punto de ser el que más disparó al arco.
La búsqueda del gol, por momentos ya apresurados, llevaba a que Bryan Reyna no decida por otros caminos cuando aparecían esas opciones, como un pase más o rematar de primera con el perfil que no le es favorable. Aquí es cuando se cuestiona cuando las situaciones del juego corresponden al comando técnico o a los mismos futbolistas. En La Paz fueron varios los que erraron servicios o controlaron mal un pase, pero también llamativamente fallos en conceptos básicos como el perfilarse. Reyna, Zanelatto o Grimaldo, detalles en los que un seleccionado nacional no debería tener preocupaciones a nivel absoluto.
Los puntos son los más importantes en la disputa de las Eliminatorias. Hasta aquí la productividad ha sido la misma que en el periodo pasado, pero se percibe en el campo una falta de convencimiento muy grande por lo que se pretende desde el banquillo, más allá de los que se pueda declarar. Los procesos están para cumplirse, aunque pase lo que pase el martes próximo en Lima, el de Juan Reynoso debe revisarse.
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